sábado, octubre 28, 2006

El diablo viste de Prada

Título original Año Estreno Dirección País Duración
The Devil wears Prada 2006 6 Octubre 2006 David Frankel USA 109 min.

 

Hola, aloh.

Versión cinematográfica de la novela publicada hace tres años, traducida a 27 idiomas y con ventas millonarias (20 millones de ejemplares). La autora de la novela, Laura Weisberger, soñaba con ser columnista de "The New Yorker" y dejó de dormir cuando se convirtió en la asistenta personal de Anna Wintour, directora de la edición estadounidense de la revista "Vogue". Novela y película se presentan como un ajuste de cuentas de esta joven reportera hacia su jefa, una veterana periodista pintada como tirana, exigente y caprichosa, o sea, de desmesurada ambición personal y desmedido desprecio hacias sus colaboradores.

Como siempre, hay que leer entre líneas, oír discriminando la portadora y ver entre la neblina de lo inducido (comentarios y bulos): ni la jefa es tan malvada, ni la asistenta es tan buena persona, que en el mundillo laboral hay mucho tópico típico, sobretodo en los entornos artístico y moda. Meryl Streep, la actriz que interpreta al diablo de la pradera Miranda Priestly, enriquece esta apreciación con su comentario: "Si pido un café durante el rodaje de una película, la solicitud pasa por diez personas y, cuando llega a la última lo hace acompañada de todos los mitos sobre mí, además de si lo quiero con azúcar o edulcorante, con leche o crema. Conclusión: esa persona está aterrorizada cuando llega ante mi presencia, y yo sólo había pedido un café".


Antes

Después

Antes

después
... y siempre
Si Meryl Streep se viste de Prada para personificar al diablo más divino, Anne Hathaway no se arredra ante semejante personificación y le pone redaños a su actuación, manteniendo elegantemente el equilibrio sobre la tabla de su personaje por encima de la olas de la estela de su divina jefa: actriz experimentada para el personaje que más sabe por viejo que por diablo y actriz joven para el personaje que quiere labrarse un huertecito en el poblado bosque del arribismo más finolis, la memez con glamur y los modelos, tejidos o paridos, de marca.

La película ofrece una presentación cinemascope para una trama "tufoscope", plagada de personajes que intentan disimular con perfumes, ropas y complementos de marca el tufillo de baja moral que emanan. El guión reparte candela para todos, pantalla y butaca, porque en esto de las apariencias y la distinción hay pocos que se salven (tanto vale para una directora de revista de modas como para el director de una empresa de ingeniería, tanto para la depreciada segunda asistente de la directora de moda como para el despreciado técnico de campo, sólo es cuestión de establecer analogías entre pedanterías, mamonerías y demás tonterías). David Frankel barre para casa y aplica un tratamiento televisivo a la función, de este modo consigue moverse como pedro por su casa y acerca la situación al espectador objetivo, más habituado a la dinámica televisiva que a la cinematográfica, que tele se ve cada día y cine cuando se tercia (terciar: dicho de una cosa o de la oportunidad de hacerla: presentarse casualmente).

Al comienzo, la preparación de mujeres para revista despista (pies, manos y rostros se suceden ante el espejo y la cámara, todos ellos aparecen como desconocidos para quien está al otro lado de la pantalla). Al final, la trayectoria crítica se tuerce al tomar el sendero moralista. Sin embargo, el cuerpo central mantiene el pulso crítico con habilidad y el buen hacer de las dos protagonistas deja poso: la película merece ser vista, aunque sólo sea por ellas o por presenciar cómo y porqué un apetitoso entrecot acaba en el fregadero.

Un saludo desde el teclado.

viernes, octubre 20, 2006

La prueba del crimen

Título original Año Estreno Dirección País Duración
La prueba del crimen 2006 20 Octubre 2006 Wayne Kramer USA y Alemania 122 min.

 

Hola, aloh.

Al final de los créditos de fin, el director brinda la película a Sam Peckinpah, Brian de Palma y Walter Hill; triangulación artística en la que la violencia visual contenidamente desmedida, la aislada oscuridad de los personajes y la espectacularidad del planteamiento de las escenas establecen una figura cinematográfica que con la complicidad del formato cinemascope eleva al espectador a un mundo de ficción de evasión pura y depurada; según criterios particulares, que ya se sabe que para gustos los colores.

No obstante, referenciar a un trío maestro y emularlo afinada, aplicada y definidamente por activa y derivada no supone que el émulo se integre en la figura geométrica para conseguir un póker de ases; aunque ya se sabe que en opiniones cada cual tiene la suya.

"Nunca estarás preparado para una película como esta", Quentin Tarantino dixit; según reza el cartel anunciador. Se agradece la advertencia y más cuando se constata su veracidad, a visionado efectuado, la prueba del crimen, certificado. Aunque cada cual tiene su punto de vista, igual que cada arma tiene su punto de mira.

La película arranca impactante (ese encuentro casual en la habitación de la transacción), sigue interesante (la búsqueda de las balas comprometedoras), evoluciona intrigante (la búsqueda de la pistola) y se diluye aberrante (la escena en la pista de hielo), aunque sostenida por los dos críos, más tocados de criterio que unos trastocados adultos desbordados, que no desbordantes, por los excesos verbales de palabras esputadas, verbos precedidos de puto muletilla en sus combinaciones de género y número para, cuando la acción deja para una frase de tres palabras, la tercera sea un taco coletilla. Así planteado el guión, hasta tiene su mérito al haber estructurado tan sistemáticamente los diálogos.

La prueba del crimen, un exceso excesivo. Si fuera objeto activo, sería objetivo; pero siendo sujeto pasivo, soy subjetivo.

Un saludo desde el teclado.

Hijos de los hombres

Título original Año Estreno Dirección País Duración S.O.Première
Auditori
V13Oct06 19:00
Children of men 2006 20 Octubre 2006 Alfonso Cuarón Reino Unido y USA 109 min.

 

Hola, aloh.

Viernes 13, no me tengo por supersticioso; en parte porque desconozco el significado de 'sticioso'. Octubre, buen mes; personalmente incremento en uno y horariamente se decrementa en una. 2006, un año tan bueno como pasado y, ojalá, no tanto como venidero.

Sitges es una aventura (llegas y a ver dónde y cómo aparcas), una emoción (estás y a ver qué entradas hay), una suerte (vas a ver qué cola hay y qué sitio pillas una vez dentro) y una lotería (se apagan las luces y a ver lo que sale por pantalla). Este año, no tengo queja: he podido aparcar sin problemas en la manzana del Auditori, las entradas las tenía reservadas por teléfono, las colas las he sobreseído en el bar del hotel tomando un cortado o visitando los servicios (pues al ir de cronista independiente, o sea solo, le pillé el tranquillo a la cola y a la zona de asientos) y las películas que he tenido oportunidad de ver me han mantenido el interés (eso sí, unas más que otras).

"Hijos de los hombres", de Alfonso Cuarón, ha sido una de las sorpresas de este año. Una vez sentado en la butaca e iniciada la película, la sala a rebosar, todos callados chitón durante la proyección aunque en algunos pasajes percibí el ánimo general de aplaudir mientras la película transcurría; tal era el espíritu que flotaba en la sala consecuencia derivada de planos secuencia como el del coche de los expedicionarios por el bosque o la subida de escaleras en medio de un combate en crescendo o el posterior descenso, capaz por contraste de arrancar una lágrima entre los más aguerridos combatientes y los más curtidos espectadores. La película abrió en panorámico pero, a poco de empezada, la percepción de realidad y la espectacularidad eran tales que tan sólo se percibía pantalla, tal como si hubiera sido cinemascope.

El guión de Alfonso Cuarón, Timothy J. Sexton, David Arata, Mark Fergus y Hank Ostby; basado en la novela "Children of men" de P.D. James, marca hito: por esta vez la participación de cinco manos en pluma sobre una novela han conseguido una historia coherente, casi sin fisuras y convergente hacia un mensaje claro, actual y cercano que con la excusa de situar la acción en un futuro próximo, año 2027, habla del presente, de las circunstancias actuales que moldean nuestro futuro y de cómo las ideologías se entrometen entre las personas y sus actos desde un núcleo formado por factores candentes como la emigración, el medio ambiente y la fertilidad. En este mundo futurista, cada factor ha afectado al otro de forma muy negativa, empujando a la raza humana hacia una negra y definitiva marcha aunque la esperanza está en el Mañana, en el océano...

La trama gira en torno a la pregunta del millón: ¿Qué harías por un bebé en un mundo infértil durante 18 años?.

Los diálogos se permiten planteamientos filosóficos que explican la situación y reacciones a partir de conceptos contrastados tales como 'azar y fe', 'ying y yang' o 'Lennon y McCartney' antes de dejar caer la cuestión "¿porqué sentir malestar si la vida toma sus propias decisiones?".

La puesta en escena busca un estilo realista y por ello contiene multitud de secuencias largas, casi documentales, para así descartar los cortes rítmicos y la sensación de artificialidad que suponen los cambios de plano. Según el director, estas tomas largas reducen el tiempo de montaje y tienen una continuidad que ayuda al público a entrar de lleno en la historia desde el punto de vista del protagonista: "La cámara se convirtió casi en otra persona en el plató, una persona llena de curiosidad que sigue al personaje principal, una persona que se pone nerviosa, tensa. Esto sitúa al público en la atmósfera de la película y da una sensación de 'tiempo real' ".


Cuando el destino
nos alcance
(Soylent green)
1973
Richard Fleischer

Mad Max
1979
George Miller

Blade runner
1982
Ridley Scott

La chaqueta metálica
1987
Stanley Kubrick

Corazones de hierro
1989
Brian de Palma

Salvar
al soldado Ryan
1998
Steven Spielberg

 

Visualmente, la historia pasa por las etapas del hacinamiento y la marginación propios de quienes no ven futuro, de "Soylent green" (en las escenas de los campos de refugiados de la ciudad); el bandolerismo desquiciado de quienes tan sólo ven un progreso que se agota, de "Mad Max" (en la vibrante escena de la incursión en coche por el bosque); el ambiente decadente de una sociedad multiracial que sobrevive por inercia, de "Blade runner" (en el puesto de perritos calientes del campo de refugiados en que se encierran para poder moverse con libertad) para acabar transmutando su planteamiento de ficción realista en la más pura resolución militarista que bebe de las fuentes maestras de "La chaqueta metálica" (en la estructuración de la acción entre las ruinas habitadas), de "Salvar al soldado Ryan" (en la puesta en escena de la acción, cámara a pie por el edificio asaltado) y con el toque de 'sanguinario sin sentido' de "Corazones de hierro" (en la salpicadura de sangre en la cámara durante todo el largo plano secuencia del autobús abandonado) que magistralmente orquestadas consiguen una delirante ascensión a los infiernos desatados en las plantas del edificio con un llamativo sonido como única referencia en el caos de la batalla y que se resuelve con una silenciosa bajada a la calle auspiciada por un recién nacido salvoconducto que cual cayado identificador les abre paso entre el mar de soldados armados.

Tal como avanza el cartel, la película se presenta como un espejo que refleja la mentalidad de los espectadores y, partiendo de un par de noticias recientes, parece que el avance es el adecuado. A los pocos días del estreno, un político autóctono, en campaña autonómica, a la caza de votos en el más puro estilo 'boletaire' (buscador de setas) en temporada, propuso la implantación de un carnet del buen inmigrante y un líder instintivo nato allende del Atlántico se ha embarcado en la construcción de mil kilómetros de muro que separen los chicanos de sus unidos estados. Dos apuntes de realidad que o bien confirman el elemento reflejo base de la película, o bien plantean la cuestión reflejada: ¿se les habrá ocurrido a raíz de haber visto la película?. Cualquiera de las posibles respuestas produce escalofríos.

Un saludo desde el teclado.

 

lunes, octubre 02, 2006

Neil Young: Heart of gold

Título original Año Estreno Dirección País Duración
Neil Young: Heart of gold 2006 29 Septiembre 2006 Jonathan Demme USA 103 min.

 

Hola, aloh.

Centrado pero perdido. Lunes de octubre, al volante, perdido en el laberinto de calles de Madrid. Iba buscando un corazón de oro pero una discontinuidad en la Gran Vía me ha llevado a un cambio estrátegico del plan inicial, ahora busco un parking en el que dejar el vehículo y seguir a pie la localización de la sala que en minutos proyectará 'Neil Young: Heart of gold' de Jonathan Demme.

Ya en superficie, con el vehículo estacionado en el cuarto nivel de aparcamiento de una céntrica plaza cuyo nombre me he anotado en la agenda para luego poder encontrarla, me sitúo con la ayuda del plano y de los rótulos de calle que voy identificando hasta conseguir alcanzar nuevamente la Gran Vía. No ha sido grave, unas pocas manzanas me separan de la Plaza de España y el reloj me confirma, cómplice, que aún estoy a tiempo de llegar a la sesión.

La Plaza de España está en obras y mi instinto me dice que allí no encontraré las salas de cine. Debería haber anotado la dirección de la sala antes de salir de casa pero me confié en que las salas de Plaza España estuviesen en la Plaza de España.

Opto por seguir la Gran Vía una manzana más y me encuentro con una concentración de locales de comida rápida, bocadillos, pizzas, que me hacen subir la adrenalina al convertir los estímulos visuales en olfativos: "esta zona 'huele' a salas de cine", metaforicé; "ergo he llegado", concluí (prematuramente, como se verá).

Efectivamente, en una plaza interior se encuentran unas salas de cine pero en los carteles no aparece la película que busco y el nombre de las salas tampoco es. Pregunto a una pareja que está sentada en un banco de las cercanías. Intuyo que están en la hora de la comida del trabajo pero sin trabajar juntos. Amablemente interrumpen su conversación y escuchan mi consulta. "Las salas de versión original, ¿te acuerdas?, hace tanto tiempo que ya no vamos por ellas", comenta ella. Evidentemente, '¿te acuerdas?' no va dirigido a mi. "Estás muy cerca", continúa la mujer esta vez dirigiéndose a mi, "al doblar esa esquina las encontrarás". Les doy las gracias, doblo la esquina y me dedico a dar vueltas por la plaza interior ya que las salas que me han indicado son las que ya he descartado por programación y nombre. La mirada se me va para el extremo más alejado de la plaza en donde se encuentran dos fumadores de espacios abiertos. Me dirijo hasta ellos y aún no he completado la pregunta cuando me señalan la planta inferior de la plaza: "Las salas son aquellas", los dos a una. Sigo sus índices y mi vista se encuentra con el dorado cartel de la película. "Por aquí no puedes bajar que esto es una escalera de emergencia, tienes que dar la vuelta al edificio y bajar por las escaleras del centro de la plaza", detallan experimentados. Agradezco la información y aplico las indicaciones recibidas. Cuando llego ante el cartel me encuentro con la sorpresa de que es la zona de salida de las salas, la parte trasera de los cines. Buscando por entre el entramado de pasillos, locales comerciales, accesos a parking que pueblan aquella manzana peatonal encuentro otras salas que tienen el nombre raíz de las buscadas pero cuya programación no incluye la película deseada. Finalmente, después de haber cruzado el caudaloso Ebro, traspasando los límites de este oásis generalista de tres selectos niveles determinantes, pisado el centro administrativo y errado por una zona peatonal, a cinco minutos de la hora de la sesión, encuentro la taquilla buscada y en cuestión de segundos, la cola somos cuatro contados, me hallo en una sala de versión original: una habitación más grande que el comedor de casa, ciertamente más grande (ya me gustaría que el comedor fuera como la sala) con un gran cuadro blanco colgado en el frente, la pantalla, y con menos gente de la que algunas veces nos juntamos en el comedor de casa. Así es allí y aquí, en el cine en versión original. Sin embargo, cuando se apagan las luces la pantalla parece multiplicar su superficie, el sonido completa la inmersión y la experiencia comienza.

Prólogo: Los compinches, músicos y amigos

A Neil Young no le gustan los músicos de estudio. No tiene nada en contra de ellos pero no se ve diciendo "quiero esto, quiero lo otro". A él le gusta que la música fluya, según el momento y el estado de ánimo, por eso busca tocar con amigos, por eso para este concierto en el histórico Ryman Auditorium de Nashville ha reunido a un grupo de compinches con los que compartir la presentación en directo de un disco tan especial para él como es 'Prairie wind'.

Llevan más de 30 años tocando juntos, no siempre pero sí siempre que pueden, y precisamente hacerlo en el Ryman Auditorium está cargado de recuerdos. Sin embargo, el glorioso local tiene un futuro incierto debido a las nuevas construcciones que empiezan a erigirse en sus alrededores y que amenazan con aislarlo privándolo de la luz que le insufla espíritu a las vidrieras de sus ventanales.

Las cosas han cambiado pero el espíritu sigue aquí; mientras hay música, hay vida.

Parte I: Prairie wind (Viento de la pradera)
En la primavera de 2005 le fue diagnosticado a Neil Young un aneurisma cerebral, potencialmente fatal. Fijada la fecha para la intervención quirúrgica, Neil se concentró en escribir una serie de canciones que hablan de la pérdida de los seres queridos, del paso del tiempo, de la inspiración o de las impresiones que subyacen tras los acontecimientos de la vida cotidiana. Una vez compuestas, Neil se sumió en el estudio de grabación hasta completar 'Prairie wind', llegando a grabar la misma víspera de su operación.

La operación fue un éxito y el disco se publicó acto seguido.

Por esas fechas, Jonathan Demme daba por concluido un año sabático. Conocedor de la afición cinematográfica de Neil, le llamó para ver si estaba interesado en colaborar en algún proyecto y de ahí se derivó la idea de poner en imágenes el disco.

Se dice que cuando uno está a punto de morir ve los momentos más significativos de su vida (sería un detalle que esto ocurriera sin tener que llegar a ese punto). En esta línea de pensamiento se plantea la película: partiendo de un disco que habla de cuestiones emocionales, sociales y vitales previas a un posible desenlace fatal, se construye un concierto onírico, en el que el espectador que está en la butaca de la sala de cine se siente como parte del público del concierto en directo pues la cámara se encarga de mostrar la mayor parte del tiempo el punto de vista del asistente y evita mostrar al público presente en el momento de la grabación. Neil añade: "El espectador es una especie de fantasma capaz de flotar alrededor, por encima y por detrás del escenario; puede ver cosas que un espectador normal no vería".

La directora de fotografía Ellen Kuras contribuye en la consecución del ambiente onírico, creando para cada canción la atmósfera luminosa más adecuada.

El diseñador de vestuario Manuel Cuevas, o simplemente Manuel, concibió para la ocasión unas prendas de corte country, de 'época', pero a la vez intemporales con lo que se refuerza el halo de fascinante irrealidad real del film.

El diseñador gráfico y escenográfico Michael Zansky creó, en colaboración con Demme, los telones de fondo del concierto partiendo de la tradición del programa de radio Grand Ole Opry de colocar a los artistas en el escenario dentro de un contexto visual específico, en este caso inspirado en las sensaciones derivadas de la audición de las canciones del disco.

La escenificación integra imagen y música apoyándose en personajes, vestuario, instrumentos, ángulos de cámara, tonos, colores y luces combinados con música, voces y silencios en un conjunto orgánico, grupal, que evoca la visión del mundo de Neil Young, subyacente en su música.

Conservo mis amigos, eternamente. Dejamos nuestra huella en el sonido.
Algunos están aquí, ahora, conmigo. Otros ya no.

(The painter, 2005-Prairie wind)

 

Parte II: Heart of gold (Corazón de oro)

En 1972, año de la publicación del álbum 'Harvest', el éxito comercial que fue el sencillo "Heart of gold" acabó por intimidar a Neil Young hasta llegar al punto de negarse a tocarlo en directo: "Esa canción me puso en ruta. Viajar por ahí no tardó en convertirse en un rollo y me eché a la cuneta".

La línea introspectiva de 'Prairie wind' y el onírico tratamiento audivisual se complementan y amplían con la revisión de un puñado de significativas canciones que arropan la reconciliación en el escenario del tema que llevó a Neil Young a la carrera. No es una recopilación de éxitos, ni una selección cronológica de canciones acordes con el momento, es un reflexivo compendio personal: cuarenta años de vida musical en nueve pinceladas.


Anciano, mira mi vida; me parezco bastante a ti.
Sí, mírame a los ojos y en ellos verás que no te engaño

(Old man, 1972-Harvest)

 

Jonathan Demme enfoca el trabajo de cada persona presente en el escenario dentro de la composición general del grupo, bien mostrando cómo los músicos cambian de instrumento en el transcurso del concierto, bien dedicando una toma a la labor del asistente encargado de cambiarle la guitarra a Neil. Esta dinámica destaca el acto creativo, subraya el proceso de construcción de cada canción y realza la esencia de grupo: el cuidado, la precisión y la habilidad musical necesarios para una interpretación adecuada. Un esfuerzo técnico y artístico que con modestia y comprensión sirve al único propósito de realzar la figura y la música de Neil Young, sin lugar para la impostura: por ejemplo, la presencia del bajista Rick Rosas, pausado, erguido, concentrado en la interpretación, magnificado por el hecho de que Neil aparece sentado, hace que la idea de 'entre nosotros hay alguien recto y fuerte que tiene al Gran Espíritu de su parte (Looking for a leader)' aparezca en la mente del espectador. De este modo, no es sólo lo que dice la letra de la canción que está sonando sino el conjunto de ideas y sensaciones que uno, inmerso en el audiovisual que pasa por pantalla, puede visualizar a partir de lo que perciben sus sentidos; los primeros planos de los músicos dan para reconstruir una historia para cada uno, no importa si es la cierta..., la gran incógnita que plantea Emmylou Harris con su cara de circunstancias durante todo el concierto pero que cuando en la interpretación 'Old King' sonríe, esa sonrisa no tiene precio aunque, ah!!!, al bueno de Neil le cueste tener que estar dándole al banjo como un descosido durante todo el tema.

Epílogo: La vieja dama sonriente

En los créditos, de manera sutil, con voz y guitarra, de manera íntima, se borda el significado de lo visto y oído. Mientras los créditos de final se deslizan por la parte derecha de la pantalla, Neil, solo, sentado, ante un auditorio vacío, interpreta "The old laughing lady" (La vieja dama sonriente) mirando hacia la relación de personas que han participado en la película, componiendo una postal audiovisual para el recuerdo. Al finalizar la canción, recoge la guitarra y abandona el escenario coincidiendo con el fin de los créditos. No se dice, no aparece escrito, pero las palabras de un epílogo se forman en el subsconsciente del espectador: "Vieja dama sonriente, todo parece estar en orden, vuelve a por mi otro día, ya sabes dónde encontrarme".

Nota del cronista: La historia sigue después de la película. Recuperado de la operación, registrada su voluntad en CD y proyectada en celuloide, enfundada la guitarra de una época 'acorralada' por el progreso del tiempo, tal cómo muestra el majestuoso plano fijo previo a la primera actuación en el que se ve una excavadora a pocos metros del Ryman Auditorium, Neil Young, Dr. Jeckyll y Mr. Hide de la guitarra, ha desenfundado la guitarra eléctrica y, bajo el pabellón de CSN&Y (Crosby, Stills, Nash & Young, aún jóvenes, ¡Peligro!, 4 guitarristas sueltos), se ha echado a la carretera para acusar al presidente de los Estados Unidos (éste líder cuyo instinto le ha dicho hace unos días, tras tres años de guerra, que lo de Irak tiene cierto parecido a lo de Vietnam) en la gira-cruzada montada en torno al disco 'Living with war', apoyado desde la web http://www.neilyoung.com/lwwtoday/index.html. Pero LWW ya ha sido objeto de una crónica y un especial (los enlaces en las carátulas de LWW de esta nota).

La canción de los créditos desvela que hay un guión, una trama en la concepción de la película: unos personajes se reúnen en un auditorio para interpretar unas canciones ante unas cámaras pero hay fantasmas en el ambiente, no los vemos pero se perciben; Neil Young es el chamán, el medium que ha estado a un paso de unirse a ellos, los músicos son los colaboradores que completan el cónclave y la guitarra que toca Neil Young es el instrumento que establece el puente, el vínculo, la conexión, la sujeción. La clave, en los discos y canciones interpretadas.

 

Prairie wind (2005)

El primer bloque de canciones, sienta las bases del conjuro: "Conservo mis amigos, eternamente. Dejamos nuestra huella en el sonido. Algunos están aquí, ahora, conmigo. Otros ya no. Hay un largo camino detrás mío y os echo de menos. Esta vieja guitarra no siempre ha sido mía pero ahora me cuido de ella. Ha estado rodando años y años pero guardada en su vieja funda. Ha viajado allá y acullá, ha arrancado sonrisas y lágrimas, ha compartido sueños y esperanzas y nunca ha estado fuera de lugar."

Un grupo de personas están conjurando espíritus del pasado. ¿Pero cómo se ha llegado a esta situación?.

Last time around (1968, Buffalo Springfield)

El segundo bloque, abre con 'Soy un niño' canción del último disco que editó con "Buffalo Springfield" (Neil es el que mira en dirección contraria) antes de empezar en solitario: "Soy un niño y lo seré un tiempo. No puedes concebir el placer que hay tras mi sonrisa."

Todo empezó en 1968, cuando unas diferencias en el modo de ver la música pusieron al músico, niño que se resistía a dejar de divertirse con lo que hacía, en la carretera de la carrera en solitario.

Harvest moon (1992) + Harvest (1972) + Comes a time (1978)

Siguen las canciones que describen los acontecimientos objetivo del conjuro: "Se hace tarde, la luna está en lo alto y me gustaría celebrarlo viéndola brillar reflejada en tus ojos. He sido un minero a la busca de un corazón de oro. Necesito que alguien me ame todo el día. Triunfé en la ciudad y perdí mi grupo. Ví cómo la aguja se llevaba a otro hombre. Un día, de improviso, King murió. A veces te dejas llevar. Pero nuestros buenos momentos quedaron atrás y estoy condenado a moverme. Un día de estos me voy a sentar a escribir una larga carta a los buenos amigos que he conocido para agradecerles los buenos ratos pasados juntos."

En 1972, 'Harvest' le acelera la carrera y la velocidad de la aguja se lleva a quienes no van sujetos. Instintivamente, como acción de supervivencia, considera 'Heart of gold' como canción de mal agüero y deja de interpretarla. Ahora, en este concierto de reconciliación con los fantasmas del pasado, interpreta la canción, arropada por otras de 'Harvest moon' ("Sentir, que es un soplo la vida, que veinte años no es nada, que febril la mirada errante en las sombras te busca y te nombra", canta el tango 'Volver' que no siendo del repertorio de Neil describe perfectamente el motivo por el que aparecen canciones del disco editado con motivo del veinte aniversario de 'Harvest') y de 'Comes a time', disco relacionado con la guitarra que Neil está tocando en el concierto, instrumento musical símbolo de la sujeción que lo ha mantenido y lo ha traído hasta este instante y este lugar.

Neil Young (1968)

"Hay pisadas en el piso de arriba que no auguran nada bueno. Y hay un murmullo que proviene de la habitación y un destello de luz: ha llegado la vieja dama sonriente, todo parece estar en orden."

La canción de cierre, cierra el lazo del conjuro volviendo hasta unos meses después del inicio del segundo bloque: 'Neil Young' fue el primer paso discográfico del niño que quería seguir divertiéndose y en el que ya cantaba a la vieja dama sonriente, a quien había visto pasar junto a él y no será la única vez (en la película 'Year of the horse', 1997-Jim Harmush, se comenta: "a ver si podemos sacar un disco sin que se nos muera alguien por el camino").

Todo en orden

Rigor, intensidad, precisión, meticulosidad, pueden definir esta propuesta de Jonathan Demme que rezuma convencimiento por todos los lados que se quiera mirar, desde la puesta en escena hasta el cartel, obra de arte complementaria de la obra fílmica que con ese extenso cielo de matices dorados clama para que la película sea vista en pantalla grande, otorga un aura dorada a toda persona que se fotografíe ante suyo y confiere al DVD, sin duda alguna la madre del cordero de las ventas, el aspecto de auténtico lingote de oro capaz de brillar con lomo propio en la videoteca del seguidor de la obra musical de Neil Young, la fílmica de Jonathan Demme y, en general, del amante del cine hecho con cariño.

Cierto, constatable y encomiable: las cosas han cambiado pero el espíritu sigue aquí, entre nosotros, y, por ahora, todo en orden, gracias corazón de oro, el espectáculo puede continuar y el cielo puede esperar; hasta que la vieja dama sonriente tenga a bien.

Un saludo desde el teclado.

 


Los músicos
Las canciones
El lugar

  Los músicos
  En esta ocasión Neil Young está acompañado por:
 
  • Pegi Young (guitarra, voz),
  • Emmylou Harris (guitarra, voz)
  • Diana Dewitt (guitarra, autoharp, coros),
  • Ben Keith (guitarra de pedal steel, dobro, vibráfono, lap steel guitar),
  • Chad Cromwell (batería, percusión),
  • Rick Rosas (bajo),
  • Jimmy Sharp (trombón),
  • Gary Pigg (guitar, vocals),
  • Spooner Oldham (órgano B3, piano acústico, vibráfono),
  • Grant Boatwright (guitarra, guitarra eléctrica, coros),
  • Tom McGinley (saxo barítono),
  • Anthony Crawford (guitar, vocals),
  • Karl T. Himmel (batería, percusión),
  • Clinton Gregory (violín, coros),
  • Wayne Jackson (arreglos de viento, trompeta),
  • Larry Cragg (trombón, violín, voz, banjo, guitarra, escoba),
  • The Nashville String Machine (cuerdas sin traste)
  • Fisk University Jubilee Singers (voces).
Todos ellos llevan años tocando con Neil Young, algunos desde hace más de 30 años, desde la época de las sesiones del álbum "Harvest".

 

  Las canciones
 

Soy un niño y lo seré un tiempo.
No podéis concebir el placer que hay tras mi sonrisa

(I'm a child, 1968-Last time around)

 

Nota del cronista: La memoria no ha dado para que todas las canciones tengan comentario. Espero, en venideros visionados, poder rellenar los vacíos y completar los rellenos.

Bloque primero (2005, Prairie wind):

  1. "The painter"
    I keep my friends, eternally
    We leave our tracks in the sound
    Some of them are with me now
    Some of them can't be found
    
    It's a long road, behind me
    And I miss you now
    If you follow every dream, 
      you might get lost
    If you follow every dream, 
      you might get lost
    Conservo mis amigos, eternamente.
    Dejamos nuestra huella en el sonido.
    Algunos están aquí, ahora, conmigo.
    Otros ya no.
    
    Hay un largo camino detrás mío
    y os echo de menos.
    Si sigues tus sueños, 
      puedes perderte.
    Si sigues tus sueños, 
      puedes acabar perdido.
       
  2. "No wonder"
    Tick tock the clock on the wall
    No wonder we're losin time
    Torn torn the fallen soldier fell 
    The old church on the hill 
    Still standin' when so many fell
    Tic, tac, el reloj de la pared.
    Sin duda, estamos perdiendo el tiempo.
    Desgarrado, el caído soldado cayó.
    La vieja iglesia de la colina aún
    sigue allí por todos lo que cayeron.
       
  3. "Falling off the face of the earth"
    I just want to tell you
    You sure mean a lot to me
    It may sound simple
    But you are the world to me
    
    It's such a precious thing
    The time we share together
    I must apologize
    For the troubled times
    Tan sólo quiero decirte
    lo mucho que significas para mi.
    Puede sonar ingenuo
    pero eres mi mundo.
    
    Ha sido tan maravilloso
    el tiempo que hemos estado juntos
    que debo disculparme
    por los malos ratos.
       
  4. "Far from home"
    Just bury me out 
      on the prairie
    Where the buffalo 
      used to roam
    You won't have 
      to shed a tear for me
    'Cause then 
      I won't be far from home
    Tan sólo has de enterrarme,
      allá, en la pradera;
    dónde el búfalo
      solía vagar.
    No tendrás que derramar 
      ni una sóla lágrima por mi
    porque no estaré 
      lejos de casa.
       
  5. "It's a dream"
    In the morning when I wake up 
      and listen to the sound
    Of the birds outside on the roof,
    I try to ignore what the paper says
    And I try not to read all the news
    And I hold you 
      if you've had a bad dream
    And I hope it never comes true
    Me levanto por la mañana
    y escucho el sonido
    de los pájaros en el tejado.
    Intento ignorar lo que dice el diario
    y procuro no leer todas las noticias.
    Y te abrazo como 
     si hubiese sido un mal sueño
    y deseo que nunca se haga realidad.
       
  6. "Prairie wind"
    There's a place on the prairie
       where evil and goodness play
    Daddy told me all about it
     but I don't remember what he said
    It might be afternoon
     and it might be the dead of night
    But you'll know when you see it 
     'cause it sure is a helluva sight
    
    Prairie wind 
      blowin' through my head
    Tryin' to remember 
      what Daddy said
    Hay un lugar en la pradera
      en el que maldad y bondad coexisten.
    Papi me habló mucho de ello
      pero no recuerdo todo lo que dijo.
    Puede que sea por la tarde
      o puede que sea al final de la noche.
    Lo sabrás cuando lo veas
      porque es algo impresionante.
      
    El viento de la pradera 
      ulula en mi cabeza,
    intentando recordar 
      lo que papi dijo.
     

    "Vamos alcanzando esa edad en la que empiezan a faltar los seres queridos" comenta Neil en la introducción. "Mi padre falleció hace unos meses. Padecía demencia pero estoy convencido de que estaba bien", resume para luego contar cómo un día un coche patrulla paró detrás del suyo; "la poli", dijo su padre y esas dos palabras le confirmaron que estaba bien.

    Ya en la canción, la cámara se sitúa detrás de los instrumentos de viento y desde esa ubicación, con la salida de los vientos en primer plano nos ofrece una perspectiva del cantante en los pasajes en los que éste se refiere al viento de la pradera que ulula en su cabeza mientras intenta recordar lo que su padre dijo.

  7. "Here for you"
    In the spring 
      protective arms surround you
    In the fall 
      we let you go your way
    Happiness, 
      I know will always find you
    And when it does, 
      I hope that it will stay
    
    Yes I miss you
    But I never want to hold you down
    You might say
    I'm here for you
    
    En primavera,
      brazos protectores te rodeaban.
    En otoño,
      te dejaremos seguir tu camino.
    No me cabe duda
      de que la felicidad te alcanzará.
    Y cuando así ocurra,
      espero que se quede.
      
    Sí, te echo de menos
    pero nunca quise retenerte.
    Has de saber
    que estoy aquí por ti.
     

    Definida en la introducción como 'canción de nido vacío'.

  8. "This old guitar"
    This old guitar 
    ain't mine to keep
    Just takin' care of it now
    It's been around for years and years
    Just waitin' in its old case
    
    It's been up and down 
       the country roads
    It's brought a tear and a smile
    It's seen 
      it's share of dreams and hopes
    It never went out of style
    Esta vieja guitarra 
      no siempre ha sido mía
    pero ahora me cuido de ella.
    Ha estado rodando años y años
    pero guardada en su vieja funda.
    
    Ha viajado 
      allá y acullá,
    ha arrancado sonrisas y lágrimas,
    ha compartido 
      sueños y esperanzas 
    y nunca ha estado fuera de lugar.
     

    Neil dedica unas emotivas palabras a la guitarra que tiene entre manos. "Esta vieja guitarra no siempre ha sido mía pero ahora me cuido de ella", cantará como estribillo en la canción que dedica al instrumento que perteneció a Hank Williams y que para Neil tiene un significado emotivo y profundo.

    A finales de los años 70 Neil quería comprar una auténtica guitarra Martin y llamó a su amigo Grant Boatwright, que coleccionaba dicho modelo. Boatwright le indicó varias tiendas de música de la zona de Nashville para que Neil probara distintos instrumentos y le dijera cuál era el que se ajustaba al sonido exacto que buscaba. Además, le prestó, por una noche, su guitarra OM Martin de 1933, que había sido propiedad de Johnny Cash. Aprovechando la noche con tan especial guitarra, Neil escribió el tema "Field of opportunity" que formó parte del álbum "Comes A Time".

    Boatwright quedó impresionado con la composición y ya sabiendo lo que Neil estaba buscando le llevó a visitar a Tut Taylor, con el que era co-propietario del Old Time Picking Parlor, de Nashville. Taylor les mostró una Martin D28 Herringbone de 1941. La guitarra estaba perceptiblemente estropeada pero seguía sonando tan magníficamente como siempre. Cuando Neil dijo que era ésa la que quería, Boatwright le hizo la revelación final: esa guitarra había sido propiedad de Hank Williams tal como podría verse en algunas fotos antiguas de Williams tocándola y en las que se apreciaban los desperfectos. Neil la compró en el acto y comentó que no necesitaba reparación alguna, que tan sólo hacía falta ponerse a tocarla y la bautizó con el nombre de Hank.

    En la introducción de la canción, Neil comenta "Hank" volvía nuevamente al escenario del Ryman Auditorium, desde que Hank Williams actuara en 1951 en el Grand Ole Opry (programa de radio que lleva emitiéndose desde 1925 y que en su momento tuvo el Ryman como estudio).

  9. "When God made me"
    When God made me
    Was he planning only for believers
    Or for those who just have faith?
    Did he envision all the wars
    That were fought in his name?
    
    Did he say there was only one way
    To be close to him?
    When God made me
    Cuando Dios me trajo al mundo
    ¿Fue, acaso, concebido sólo para 
     creyentes o para todos los fieles?.
    ¿Visualizó todas las guerras 
    que se iban a librar en su nombre?. 
    
    ¿Dejó dicho que sólo había 
    un camino para llegar hasta él?.
    Cuando Dios me trajo al mundo
       

Bloque segundo:

  1. "I am a child" (1968, Last time around by Buffalo Springfield)
    I am a child, I'll last a while.
    You can't conceive
      of the pleasure in my smile.
    You hold my hand,
      rough up my hair,
    It's lots of fun
      to have you there.
    Soy un niño y lo seré un tiempo.
    No puedes concebir
      el placer que hay tras mi sonrisa.
    Toma mi mano,
      desaliña mis cabellos,
    hay diversión a raudales
      en ellos.
       
  2. "Harvest moon" (1992, Harvest moon)
    But now it's gettin' late
    And the moon is climbin' high
    I want to celebrate
    See it shinin' in your eye.
    
    Because I'm still in love with you
    I want to see you dance again
    Because I'm still in love with you
    On this harvest moon.
    
    Se hace tarde,
    la luna está en lo alto
    y me gustaría celebrarlo
    viéndola brillar reflejada en tus ojos.
    
    Porque sigo enamorado de ti,
    quisiera volver a verte bailar,
    porque sigo enamorado de ti,
    bajo esta luna de cosecha.
     

    Una escoba sirve de instrumento de percusión que marca la cadencia de los pasos de quienes, según la letra de la canción, bailan a la luz de una luna de cosecha.

  3. "Heart of gold" (1972, Harvest)
    I want to live,
    I want to give
    I've been a miner
        for a heart of gold.
    It's these expressions
        I never give
    That keep me searching
        for a heart of gold
    And I'm getting old.
    Keeps me searching
        for a heart of gold
    And I'm getting old.
    Quiero vivir,
    quiero dar.
    He sido un minero
      a la busca de un corazón de oro.
    Son estas palabras
      que no acostumbro a decir
    las que me mantienen buscando
      un corazón de oro.
    Pero me estoy haciendo viejo.
    Me mantienen buscando
      un corazón de oro.
    Pero me estoy haciendo viejo.
     
  4. "Old man" (1972, Harvest)
    Old man take a look at my life
      I'm a lot like you
    I need someone to love me
      the whole day through
    Ah, one look in my eyes
      and you can tell that's true.
    Anciano, mira mi vida;
      me parezco bastante a ti.
    Necesito que alguien me ame
      todo el día.
    Sí, mírame a los ojos
      y en ellos verás que no te engaño.
    
     

    En la introducción, cuenta Neil que llegó el momento en que pudo comprarse el rancho y un día, recorriéndolo con el portero, éste, un señor ya mayor, intrigado por cómo un 'melenudo' se había embarcado en tamaña compra, le preguntó: "¿Cómo un joven como tú ha podido comprar un rancho como éste?". "He tenido suerte, mucha suerte", comenta Neil que le respondió.

  5. "The needle and the damage done" (1972, Harvest)
    I caught you knockin'
      at my cellar door
    I love you, baby,
      can I have some more
    Ooh, ooh, the damage done.
    
    I hit the city and
      I lost my band
    I watched the needle
      take another man
    Gone, gone, the damage done.
    
    I sing the song
        because I love the man
    Te encontré llamando
      a la puerta de mi sótano.
    Te quiero, chico,
      ¿Puedes darme más?
    Oh, oh, el daño irreparable.
    
    Triunfé en la ciudad
      y perdí mi grupo.
    Ví cómo la aguja
      se llevaba a otro hombre.
    El daño irreparable.
    
    Canto la canción
      porque quiero al hombre.
     

    Siendo ésta una canción para el hombre, la cámara se mantiene en plano general de modo que en pantalla siempre aparecen la imagen de cuerpo entero del intérprete, del hombre que canta al hombre y al daño irreparable hecho.

  6. "Old King" (1992, Harvest moon)
    I had a dog and his name was King
    I told the dog about everything
    There in my truck the dog and I
    Then one day the King up and died.
    
    Then I thought about
        the times we had
    Once when I kicked him
        when he was bad
    Old King sure meant a lot to me
    But that hound dog is history.
    Tuve un perro llamado King
    con quien hablaba de todo.
    En mi camión, mi perro y yo.
    Un día, de improviso, King murió.
    
    A veces pienso
     en los momentos que pasamos juntos,
    en la vez que le pegué
     cuando se portó mal.
    Sin duda King significó mucho para mi
     pero ese perro de caza es ya historia.
     

    Neil y Emmylou Harris, banjo y guitarra, aparecen sentados ante un micrófono compartido por ambos. El aire country del tema, por instrumentación y contenido, encaja como un guante en el ambiente del local y ver a Neil husmeando y ladrando como si el ánima del animal estuviese acompañando a los intérpretes no deja de ser un guiño simpático aunque, inevitablemente, uno se pregunta qué pinta esta canción en la línea seguida hasta ese momento.

    Primeramente, se me ocurre que se trata de una concesión al espíritu country del recinto y un halago al público asistente. Sin embargo, viendo con detalle la letra (un perro de caza llamado King que había significado mucho para el autor pero que un día, de improviso, murió y que ya es historia) se me ocurre que esta canción ocupa el lugar de "He was the king", canción de 'Prairie wind' que no ha sido interpretada en el primer bloque y que rinde homenaje al desaparecido Rey.

    Pero, al margen de rebuscadas interpretaciones ('Harvest moon' fue editado en 1992, a los veinte años de la edición de 'Harvest' y a los quince de la muerte de Elvis), en este tema, y creo que es el único, Emmylou Harris aparece sonriente, satisfecha; sólo por esto merece la pena la canción: Neil cuida a sus amigos y se esfuerza por dar a cada uno lo que le satisface.

  7. "Comes a time" (1978, Comes a time)
    Comes a time
      when you're driftin'
    Comes a time
      when you settle down
    Comes a light
      feelin's liftin'
    Lift that baby
      right up off the ground.
    A veces
     te dejas llevar.
    A veces
     te plantas.
    A veces una luz
     te hace sentir 
       como si te elevaras
         del suelo.
     

    Todos sobre el escenario y con un instrumento entre manos, mayoría numérica de guitarras. Hay muchas voces, muchos intrumentos, y se hace difícil distinguirlos pero el tema recalca visualmente la emotividad del grupo de artistas plantados en el escenario para entonar y dar fe de que aún hay momentos en que, entre amigos, con la música, una luz te hace sentir como si te elevaras del suelo.

  8. "Four strong winds" (1978, Comes a time)
    Four strong winds 
      that blow lonely,
    seven seas that run high,
    all these things 
      that don't change, 
        come what may.
    But our good times 
      are all gone,
    And I'm bound 
      for moving on.
    I'll look for you 
      if I'm ever back this way.
    Cuatro vientos soplan fuerte
     pero solitario,
    siete mares que pasan volando,
    cosas
     que no cambian
       pase lo que pase.
    Pero nuestros buenos momentos
     quedaron atrás
    y estoy condenado
     a moverme.
    Te buscaré
     si vuelvo alguna vez.
     

    Neil introduce la canción comentando que cuando tenía 16 o 17 años, una de las veces que 'se escapó' de casa, apareció en un bar en el que la máquina de discos tenía esta canción; se gastó todo el dinero que llevaba encima poniendo la canción una y otra vez. "Ahora la voy a cantar con los amigos y a ver cómo sale", dice como fin de la introducción.

    Nota: 'Four Strong Winds', escrita en 1961 por Ian Tyson, está inspirada en el movimiento estacional de los trabajadores del campo que van de una cosecha a la siguiente y de las repercusiones de dicho trasiego en su vida amorosa.

  9. "One of these days" (1992, Harvest moon)
    One of these days,
    I'm gonna sit down
      and write a long letter
    To all the good friends I've known
    And I'm gonna try
    And thank them all
      for the good times together.
    Though so apart we've grown.
    Un día de estos
     me voy a sentar
      a escribir una larga carta
       a los buenos amigos que he conocido
    con la intención 
     de agradecerles
      los buenos ratos pasados juntos,
    aunque hayamos crecido separados.
       

Créditos:

  1. "The old laughing lady" (1968, Neil Young)
    There's a fever on the freeway,
      blacks out the night.
    There's a slipping on the stairway,
      just don't feel right
    And there's a rumbling
      in the bedroom
         and a flashing of light
    There's the old laughing lady,
      everything is all right.
    Hay una movida en la autovía
      que apaga la noche.
    Hay pisadas en el piso de arriba
      que no auguran nada bueno.
    Y hay un murmullo que proviene
      de la habitación
         y un destello de luz.
    Ha llegado la vieja dama sonriente,
      todo parece estar en orden.
       

 

El lugar de los hechos

El auditorio de Nashville empezó siendo el Union Gospel Tabernacle. Fue construido por Thomas Ryman, un juerguista capitán de barco fluvial que había venido en 1885 para alborotar y mofarse de los servicios religiosos que oficiaba en el centro de Nashville el reverendo Sam Jones. Pero la visita se saldó con una completa conversión y el capitán Ryman comenzó a financiar la edificación del Tabernáculo en 1889. A su muerte, el Union Gospel Tabernacle pasó a llamarse Ryman Auditorium por sugerencia del propio reverendo Jones.

Considerada una de las mejores salas de conciertos del Sur, el auditorio tiene una acústica casi perfecta y es utilizado por numerosos artistas. Sigue siendo también el templo de la música country; su veterano escenario tiene históricas "huellas de pisadas" de todas las estrellas de la música country desde los años 40 hasta los años 70.