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Sin noticias de Dios:
El formato panorámico acota la componente espectacular de la película. El primer bloque se adapta al formato por el hecho de ser escenas nocturnas y de noche poco importa que la pantalla sea más ancha. En el bloque central, se echa en falta más pantalla dada la detallada recreación del ambiente de la época. En el tercer bloque, poco importa el formato pues los personajes se salen de la pantalla y toda la parte de la batalla de Rocroi, con las escenas de cuerpo a cuerpo, de pica a pica, con el sonido de las maderas entrechocando, alcanza cotas sublimes. No busca Alatriste el espectáculo sino la inmersión en un ambiente pasado, posiblemente olvidado, puede que desconocido pero, sin duda, no desaparecido y traducido a nuestros días: la historia ni se crea, ni se destruye, tan sólo se adapta a los tiempos que corren.
La trama no es compleja pero cuesta de seguir, quizá a la primera, porque los personajes cuestan de ser identificados (entre los ropajes, las caras con barba y bigote y los saltos de tiempo que, obviamente, les afectan en su aspecto físico) pero en un segundo visionado todo y todos encajan perfectamente, como corresponde a un intrigante mecanismo de traicionera relojería.
A la primera parece que hay falta de emoción en las imágenes: si bien muchas escenas descuellan con entidad visual propia (cuando Íñigo lleva en brazos a Angélica, cuando el reo que acaba de oír que va a ser ajusticiado comenta 'Morir es un trámite', cuando Angélica, ya Grande de España, habla con Alatriste y confiesa que pagará su traición durante toda la vida que le resta, cuando Alatriste visita a María de Castro en el hospital para sifilíticos, cuando Íñigo abandona el lugar del duelo que ha tenido con Malatesta y muchos 'cuandos' más que por sí solos tienen fuerza y emotividad pero que no se ve transmitida al conjunto. Sin embargo, en un segundo visionado, cuando trama y personajes encajan, el conjunto se ve con otros ojos y las emociones se hacen perceptibles. Posiblemente, un tercer visionado aún diluya más la frialdad académica que aparenta vertebrar las escenas. Y es quizá debido al hiperrealismo que impregna un conjunto orientado hacia un objetivo más descriptivo, narrativo, que espectacular.
Imágenes y personajes conforman un fresco pictórico que, como un cuadro, requiere ser observado con detenimiento o insistencia para que las sensaciones afloren.
Cine bélico y fresco histórico de escrupuloso verismo que contiene diálogos con algunas perlas críticas (transcribo de memoria, con lo que pueden no ajustarse al original):
- "Se levantará un cadalso en donde al reo le será dada justicia de sobra hasta que muera naturalmente", sugiere que hoy en día se ha incluido una coma entre las palabras muera y naturalmente.
- "Dios nos ha abandonado; portugueses y catalanes nos han traicionado", indica cómo quien mantiene guerras que no paga, cuando empieza a perder apoyos, a unos los exime como abandonos y a otros los califica como traiciones. La frase, en su contexto y dicha por un Grande de España de su momento, viene al punto de caramelo para explicar ciertos comportamientos de los Grandes del momento presente.
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