viernes, mayo 12, 2006

Hard candy

Título original Año Estreno Dirección País Duración
Hard candy 2005 12 Mayo 2006 David Slade USA 103 min.

 

Hola, aloh.

14 de Octubre del año de gracia de 2005. Dos días y 513 años después del descubrimiento de América, el americano David Slade, nerviosamente sudoroso y descamisado, sube al escenario del Auditori para presentar, balbuciente, ante los que allí nos encontramos su película, enmarcada en la competición 'Oficial fantástico'.

17 de Octubre. Tres días después de la presentación de 'Hard candy' en la competición oficial, un nerviosamente descamisado y sudoroso David Slade descubre las mieles del reconocimiento apareciendo por tres veces sobre el escenario del Auditori para recoger los premios de 'Mejor guión', 'Mejor película' y, el bueno bueno de verdad, 'Gran Premio del público a la mejor película'. No sabe dónde ponerse las estatuillas. Mira al público, mira a la traductora (o traductor, que el recuerdo no memoriza sexo), mira los premios, saca el pañuelo, se seca el sudor de la frente, de la cara, del cuello, mira al público, se mira las manos, mira al público, y, ante la imposibilidad de articular palabra, llora unas emotivas lágrimas de agradecimiento con las manos sobre el atril. Realmente auténtico. Allí mismo, y así tal como estaba, le deberían haber dado otro premio por la mejor recogida de premios. Emotivamente natural.

12 de Mayo de 2006. Siete meses después de la conquista del Sitges-05, el caramelo envenenado desembarca en el circuito comercial nacional. En estos meses no parece que se haya perdido el tiempo. Se ha retocado el cartel. Bueno, no, exactamente, más que retocado el cartel se ha modificado por completo: si una imagen vale más que mil palabras, con el cartel que le han preparado ya no es necesario hablar de la historia de la película. En internet, algunas webs de cine ostentan pancartas publicitarias, verticales y horizontales, anunciadoras de la fecha del estreno: la red, al fin y al cabo, es el cebo, tanto en la película como en la promoción.

Chat, personalidades camufladas, enfermedades mentales y disfunciones emocionales a dos bandas con la presencia del espectador como convidado de piedra, como 'mirón' arrellanado en la butaca que va juzgando y tomando partido, ora por él, ora por ella, ora por él, ora por ella... que sólo hay dos personajes en pantalla y 103 minutos dan para muchas tiradas de moneda, unas veces sale cara (la tía está como una chota), otras cruz (este tío es un cabrón). Y mejor no digo más.

Dos personajes y sus diálogos, en chat o verbales, dibujan el cuento del lobo feroz revisitado en estos tiempos de dudosas lecciones morales y peligrosas decantaciones hacia el fascismo más velado.

Un saludo desde el teclado.