domingo, abril 03, 2005

Sévigné (Júlia Berkowitz)

Hola, aloh.
 

Noche de diciembre en el festival Sitges-04. Dentro del apartado de 'Audivisual catal��n' se proyectaba 'S��vign�� (J��lia Berkowitz)', de Marta Balletb��-Coll. Y all�� est��bamos, en la cola del Teatre Prado, mi amigo guionista y este cronista, dispuestos a vivir una experiencia nueva ante la perspectiva de descubrir qu�� hab��a tras ese t��tulo tan franc��s de una directora con apellido tan catal��n. Por nuestra parte hab��amos seguido estrictamente el habitual protocolo de actuaci��n: se consigue la entrada y se entra a ver qu�� pasa; es la aventura del festival de Sitges en dos pasos.

'S��vign��' establece un juego entre realidad y ficci��n a partir del libreto en el que trabajan las dos protagonistas, la directora de teatro y la realizadora de televisi��n. La pel��cula utiliza el mundo del teatro y sus entresijos como excusa para hablar de los sentimientos, de los complejos caminos que conducen al deseo y otras cuestiones trascendentes del d��a a d��a. El desarrollo de la acci��n es espont��neo y ligero, los di��logos son frescos, los actores aportan credibilidad y el resultado es una pel��cula que te seduce y a la que se le perdonan las posibles deficiencias que se puedan apreciar pues demuestra que es posible hacer cine con chispa casi con lo puesto.

Para el rodaje de 'S��vign��' la directora pidi�� prestados coches y casas a los amigos, envi�� cartas y rosas al camerino de Jos�� Mar��a Pou con tal de atraerlo 'a la causa', involucr�� a los actores y t��cnicos hasta el punto de formar una cooperativa y convenci�� a los laboratorios para que le cedieran las colas sobrantes de otros rodajes para utilizarlos en el suyo. Conseguido lo anterior, el rodaje se complet�� en 15 d��as gracias al buen entente establecido entre la directora y el equipo (estaban todos en la cooperativa), entre la directora y la guionista (eran la misma persona) y, sobre todo, a que el gui��n no requer��a efectos digitales.

Salimos contentos del cine porque vimos que a��n es posible engatusar al p��blico sin recurrir a alharacas ni oropeles. La seducci��n sobrevive al enlatado en pel��cula fotogr��fica y resurge durante la proyecci��n pero, siempre hay un pero, no olvidemos que la seducci��n s��lo funciona si su objetivo es sensible a ser seducido.

Un saludo desde el teclado.