sábado, mayo 13, 2006

Bajo cero (Eight below)

Título original Año Estreno Dirección País Duración
Eight below 2006 28 Abril 2006 Frank Marshall USA 120 min

 

Hola, hola.

Como director, a Frank Marshall le van las películas basadas en historias reales de supervivencia y camaradería. En 1993 realizó '¡Viven!' y tras un interludio aventurero basado en una novela de Michael Crichton (Congo, 1995) ahora, 2006, con 'Bajo cero' vuelve a la nieve, al frío, al viento, a la desesperación, al hambre... a la lucha por la supervivencia, en resumen.

Una idílica comunidad científica en el polo Antártico debe abandonar precipitadamente su campamento base dejando allí, atrás, a los 8 perros de tiro aunque con la promesa de volver a por ellos. Es sabido que las palabras se las lleva el viento y es cuestión de tiempo, unos minutos para el avezado espectador arrellanado en la butaca, unos días para los curtidos animales encadenados y atados a un pilón en la pantalla, percatarse de que la promesa de volver se queda en algo que pudo haber sido pero que no pudo ser.

Los perros espabilan cuando el viento quiere llevarse una de las banderas del campamento. Los humanos, personajes y espectadores, se adormecen en sus papeles y asientos mientras el director se aplica en mostrar el abismo natural que media entre la naturaleza de unos y otros (perros y humanos, por si no se había entendido la referencia). De paso, el director también evidencia el talud que separa una película de aventuras con la aventura de hacer una película, y la extensa duración del conjunto tan sólo hace que remarcar que la componente documental de la película (sufrida supervivencia la de los animales en el polo) supera la vacuidad artístico-argumental de la componente humana (actores y diálogos), encorsetada en un guión sin matices que delata su concepción de poción mágica prefabricada: un concentrado compuesto activo (las andanzas y avatares de los perros) y un amorfo excipiente (un personaje implicado, un personaje converso, un personaje gracioso --ví lo duro que ha de ser para un actor que le toque el papel de gracioso, de salvador del ánimo de la trama, y que tenga que hacerlo porque le van a pagar por ello no porque el personaje merezca ni pena ni gloria--, un personaje femenino con dudas emocionales, un personaje que toma decisiones y unos secundarios que dicen frases).

Me gustaron las escenas antárticas; con perros y sin humanos, lo mejor y más destacable. Me enervaron los letreros que periódicamente aparecían anunciando el número de días solos que llevaban los animales, no por su mensaje sino porque desde que salía el texto "Número de días solos" hasta que aparecía la cantidad de días mediaba, subjetivamente, una eternidad de tiempo y, alguna vez, llegué a temer que desapareciera el texto sin haber puesto la cifra. Me dejaron indeferente, uséase inverosímil, los personajes humanos (psse, iban haciendo y había que pasar por ellos para llegar hasta la siguiente escena con los perros, los verdaderos protagonistas). Me cargaron las gracias del gracioso aunque de no ser por él no hubiera habido 'final americano', doblemente bueno por una misma causa: porque se acaba la película.

'Ocho en el infierno' define la interesante vertiente de documental canino y 'Bajo cero' denota la sensación dramática del filme. Una película, dos facetas. Dos facetas, dos sensaciones. Una película, dos sensaciones.

Un saludo desde el teclado.