miércoles, junio 29, 2005

La guerra de los mundos: ... de repente cayó la tapa

El parque Horsell y el Rayo de fuego (Fragmento de 'Versión musical de la guerra de los mundos' (1978), de Jeff Wayne)
 

Narrador:

A la mañana siguiente, me acerqué nervioso, con las manos inquietas en los bolsillos hacia el parque. Al acercarme, me asombró cómo una multitud se apiñaba hipnotizada por el desenroscamiento del cilindro, en ese preciso momento, asomaban ya más de sesenta centímetros de un tornillo brillante, cuando ... de repente.. cayó la tapa. Dos ojos como discos luminosos asomaron por el borde. Una gran masa redonda, viscosa, reluciente, mayor que un oso, emergió lentamente. Su boca sin labios temblaba y babeaba, y unos tentáculos como serpientes se retorcían mientras la torpe mole jadeaba palpitante.

Unos jóvenes se acercaron cautelosamente al cráter, donde sin esperarlo, se sintió un largo embudo y un invisible rayo abrasador saltó de hombre en hombre, y con un enorme resplandor los convirtió en llamas. Al instante, la vegetación se hizo antorcha al contacto con aquel fantástico y salvaje "Rayo de Fuego".


 

Hola, aloh.

Expectación en mi cine preferido ante el estreno de la película.

Sin embargo, en el vestíbulo, no había una multitud apiñada. Nervioso, cual productor cinematográfico, me acerqué a la taquilla con las manos inquietas ocultas en los bolsillos del pantalón. Mi taquillera favorita comentó que posiblemente habría quien ya la hubiera visto en DVD, pirata por supuesto, porque esto de internet es un agujero sin fondo. Por otro lado, la película era panorámica, nada de cinemascope, en detrimento de la espectacularidad visual. ¿Cómo era posible que Spielberg, de nuevo, hubiese hecho una película en panorámico?. ¿Estaría, acaso, "conchabado" con los distribuidores de cine por cable y en DVD?. ¿A qué venían unos marcianos cuando podía haber sido Indiana Jones?. Dudas que la baja afluencia de público no hacía más que avivar, como un fuelle de herrero aplicado al corazón de una fragua. De entrada, un miércoles de finales de Junio no era, quizá, el día más propicio para que la gente se arremolinase en apretada cola a las puertas del cine pero, por otro lado, tampoco hubiera estado nada mal que hubiese ocurrido. Quien sí había venido, cómo no, era el controlador de la casa distribuidora.

Mi taquillera favorita no fue la única en hacerse preguntas sobre la película. Yo mismo, me planteé algunas. Plantearse una cuestión con fundamento es casi más importante que la respuesta correcta a la misma; no obstante, no descansamos hasta encontrar una respuesta que nos satisfaga y si, además, encaja en el conjunto, entonces mejor lo celebramos antes de que algún agente externo nos la chafe.

¿Porqué la guerra?. En 1898 H.G. Wells escribió la novela con los ojos puestos en el imperialismo colonial británico. Orson Welles la adaptó radiofónicamente una noche de 1938 con las antenas puestas en el incipiente nazismo. Byron Haskin la puso en pantalla grande en 1953, con unos marcianos de 'cartón piedra y tubos de caucho' enfocados sobre la amenaza comunista parapetada tras el frío telón de acero. Puede que en 1978, el músico Jeff Wayne tan sólo quisiera hacer una versión musical de la guerra de los mundos pero consiguió que al rebufo de la narración de Richard Burton (en la versión española, el narrador fue Teófilo Martínez; una voz que dejó huella en el recuerdo de quienes oímos el disco) y de sus sintetizados 'Ullllaaaaahhhhh' se repusiera la película de 1953 con un cartel remodelado y adaptado a la carátula de su doble álbum, de modo que un numeroso grupo de ingenuos imberbes, entre ellos este cronista, pasara religiosamente por taquilla para ver una película sin otra relación con el disco que la fuente inspiradora. Así las cosas, ¿porqué Steven Spielberg ha realizado una adaptación de tan versionada, y por extensión conocida, novela?. La respuesta por pantalla. Tras una introducción básica de personajes, de nuevo los marcianos han desplegado sus máquinas de guerra y el abrasador "Rayo de fuego" vuelve a barrer la superficie terrestre vaporizando a quien se pone a su alcance. Esta vez no han llegado desde Marte sino que unas descargas eléctricas han despertado las células terroristas que se hallaban enterradas bajo las ciudades, resultando demonios, polvo y ropa volando por doquier.

¿Porqué en panorámico?. Una película de marcianos y con unos efectos especiales espectacularmente reales ha quedado contenida en una relación de aspecto de 1.85:1 (panorámico), lejana del ratio 2.35:1 (cinemascope) de su no tan lejana 'Minority Report' (2002, también con Tom Cruise de protagonista). Spielberg sabrá los detalles del porqué pero salta a la vista que en el estreno del día 4 de Julio quería ofrecer unas imágenes realistas tan cercanas en el recuerdo de los acontecimientos del 11 de Septiembre de 2001 como próximas, por formato y aspecto, a las que cualquier espectador sentado en la butaca del cine podría obtener con su cámara HandyCam llegado el caso; tal y como ocurre en una de las escenas.

¿Porqué la escena del sótano con Tim Robbins?. En una película de aventuras, en plena huida entre vaporizados congéneres y vehículos militares convertidos en ardientes teas nada como un claustrofóbico encierro de 20 minutos en un sótano, con una concienciada y desvariada mente dialogante tocada con una capucha que le confiere un aire de superman de bajos vuelos, para que el ritmo de la película entre en estado vegetativo. Sin embargo, la escena es clave por varios motivos:

    1. La aventura se convierte en paranoia, una locura acrecentada por la desesperación del encierro forzado, por la oscuridad del sótano y, no lo olvidemos, por el oclusivo encuadre que ofrece el formato panorámico.
       
    2. Se requiere tiempo para que el protagonista cambie su actitud y su comportamiento ante las circunstancias en las que está contra su deseo. Este cambio de trayectoria, de aparente aventura a choque frontal con toma de conciencia, desvela el verdadero objetivo de la película. La guerra de los mundos se entabla en el sótano, entre los dos personajes adultos, dos mundos con puntos de vista diferentes, dos actitudes opuestas ante una situación exterior que es más un exterminio que una guerra.
       
    3. La presencia de los marcianos, previa constatación de que no corren riesgos, curioseando por el derruido sótano a modo de conquistadores que se atreven a pisar el terreno ganado al enemigo para hacerse una idea tangible de lo que han conseguido con su acción militar es una imagen habitual en los noticiarios: cuando la guerra se decanta a favor de un bando, los periodistas acompañan a los soldados en sus exploraciones. Estas imágenes las estamos viendo cotidianamente en televisión, una pantalla de relación 4:3, o 1.33:1, muy próxima al formato panorámico de la película.
       
    4. Los marcianos presentan un aspecto muy parecido al de sus máquinas de guerra. La construcción a imagen y semejanza denota un endiosamiento de quien así actúa.

¿Porqué la cara del marciano al final?. Una vez los soldados han abatido la moribunda máquina de guerra alienígena, se abre la escotilla y en vez de un marciano parecido al descrito por H.G.Wells aparece un extraterrestre cuya cabeza recuerda la de un soldado con casco y, que justo en el momento en que 'entrega los escardillos', su último estertor le produce un rictus que le confiere el aspecto del oscuro y letal Darth Vader. De esta manera, los invasores no son seres de otro planeta, asesinos sin rostro, que un buen día deciden poner un planeta en su llavero sino que además de estar tan expuestos como nosotros a la acción de gérmenes patógenos nos son más familiares de lo que hubiéramos pensado.

El 26 de Septiembre de 2002, durante una rueda de prensa con motivo de la presentación de 'Minority report', Steven Spielberg comentó estar a favor de las líneas de actuación que el gobierno de Bush planteaba contra el gobierno de Saddam y sus armas de destrucción masiva. Tres años más tarde, parece que Spielberg se ha replanteado su punto de vista y, al igual que Ray, el personaje que interpreta Tom Cruise, ha cerrado la puerta a quien con medidas y probadas palabras decía tener un plan para resolver la desastrosa situación en que se encontraba. Además, para que quede constancia, lo ha hecho públicamente y, como buen artista, ha invitado a todo el que quiera verlo y oirlo a pasar por taquilla. Desde luego, hay motivo.

¿Qué tiene este año 2005 para que dos directores, Spielberg y Lucas, se hayan embarcado en sendas películas de coste millonario para contarnos dos historias que, aparentemente, todo el mundo no sólo conoce sino que sabe con exactitud cómo terminan?. Algo parece estar cambiando en Hollywood... (más detalles en el especial).

Un saludo desde el teclado, en pleno parque Horsell, en algún recóndito lugar del espíritu del hombre.

La guerra de los mundos

Especiales

...de repente cayó la tapa

de 'El bosque' a 'Munich'

 

La víspera de la guerra      
Fragmento de 'Versión musical de la guerra de los mundos' (1978), de Jeff Wayne
 

Narrador: Nadie hubiera podido pensar a finales del siglo XIX que la vida humana estaba siendo observada desde los mundos infinitos del espacio. Nadie habría podido soñar que estábamos siendo estudiados como se examinan bajo un microscopio los organismos en una gota de agua. Pocos hombres admitían incluso la posibilidad de vida en otros planetas, sin embargo, a través del abismo espacial, mentes infinitamente superiores a las nuestras dirigían su codiciosa mirada hacia esta tierra, y lenta, pero inexorablemente, dispusieron sus planes contra nosotros.

Recorte de prensa del día 29-Jun-05
 

Hollywood está de capa caída. A la larga sequía creativa que padecen los grandes estudios --cuya consecuencia más visible es la reciente oleada de nuevas versiones de películas antiguas y de adaptaciones de tebeos de superhéroes--, se une ahora la peor crisis de taquilla de los últimos 30 años. Una crisis que en Estados Unidos registra ya el más largo desplome desde que en 1974 se implantó el sistema que permite conocer la recaudación de forma precisa y que se traduce en 18 semanas seguidas de descensos. Un récord. La gran prueba de fuego llegará este fin de semana, uno de los más esperados del año, cuando se celebra la fiesta del 4 de julio.


Hola, aloh.

Nadie hubiera podido imaginar a principios de este verano de calor incipiente y sequía acuciante que mi cine preferido entraría al trapo de estrenar en miércoles (lo habitual es hacerlo en viernes) y de mantener el programa durante 7 días seguidos (lo habitual había venido siendo los fines de semana y festivos). El jefe se ha liado la manta a la cabeza, ha organizado los turnos de trabajo del personal (mi taquillera favorita, ¡cómo no!, participa todos los días), ha renovado el sistema de sonido de la sala y ha dicho 'Sí, quiero.' a las condiciones que la distribuidora le ha presentado para poder disponer de una copia, en rabioso estreno simultáneo global, de 'La guerra de los mundos', de Steven Spielberg.

Los guionistas, Josh Friedman y David Koepp, han tomado la novela 'La guerra de los mundos', de H.G. Wells, y la han trasladado a nuestros días, cambiando los personajes y las situaciones para adaptarlas y, sobre todo, adecuarlas al presente que, directa o indirectamente, estamos viviendo.

Steven Spielberg, partiendo de un guión que se nota escrito especialmente para él, ha completado la visión haciendo que la cámara sea el narrador de una historia que si bien el espectador no sabe cómo va a empezar sí sabe que los todopoderosos marcianos van a ser aniquilados por la acción de las invisibles bacterias.

Spielberg se aplica en su labor y utiliza entre otros múltiples recursos:

  • Desde lejos, 'al otro lado de'. La cámara se ubica en posiciones alejadas, casi extrañas: hay dos escenas en las que el diálogo entre dos personaje se sigue desde lejos de modo que entre la cámara y los dialogantes van pasando camiones. En otra escena, la cámara mira desde la cocina a través del cristal roto por una pelota de beísbol que, por falta de ganas, no ha sido cogida al vuelo.
     
  • No hay que explicarlo todo. Ray, sin grandes explicaciones, queda perfectamente definido. Es fácil adivinarlo como el prometedor atleta del instituto que se casó joven, tuvo hijos por causas ajenas a su voluntad, su mujer acabó pidiendo el divorcio y él vió como su futuro se iba al garete y se convertía en un padre de fines de semana, de contados fines de semana.
     
  • Todo suma. Cuando la pequeña está viendo la tele, va pasando los canales de noticias, todos centrados en las misteriosas tormentas eléctricas que se están produciendo en diversos lugares del mundo, y acaba quedándose con el genial Bob Esponja. Mientras 'el dibu', en su historieta comenta "Voy a contarte mi secretito" la pequeña informa al padre de que el hermano se ha llevado el coche. El padre se queda mudo de sorpresa al oir lo anterior y durante el silencio que media mientras la pequeña saborea lo que ha dicho y el padre intenta digerir lo que ha oído, en la tele Bob Esponja suelta "es un ladrón".
     
  • La fachada y los demonios. En el original, los marcianos llegan a un parque y salen de la nave a través de un cilindro que se va desenroscando poco a poco para, a continuación, afanarse en el montaje del letal trípode.
     

    Para Spielberg, la máquina de guerra está enterrada y los marcianos llegan camuflados como rayos, en un cruce cualquiera de la ciudad. A poco de la caída de los rayos, primero el suelo se raja radialmente, a continuación la raja delimita una circunferencia que abarca la fachada de la iglesia que se encuentra en uno de los chaflanes del cruce (por tanto, matizo, no es un cruce cualquiera) y, una vez se ha completado la circunferencia, el suelo gira, la fachada de la iglesia es desgajada del resto del edificio y queda expuesta a contraluz dando la sensación de que se va a producir un exorcismo. Sin embargo, cuando la fachada queda en el centro del contraluz, se detiene el giro, cae el campanario, se abre el suelo, se desmorona la fachada y, tras regurgitar el todoterreno engullido, de entre una nube de polvo aparece la demoníaca máquina de guerra alienígena que se dedica a vaporizar con su rayo de fuego a todo el que se le pone delante mientras que la ropa del desintegrado queda volando en el aire.

    Impresionante y, a todas luces, significativo.

  • Que no lo percibas no impide que esté presente. Ray y sus dos hijos salen, como alma que ha visto el diablo, en un monovolumen y mientras esquivan los coches parados que hay en la autopista se produce el comentado, por casi todo el que ha escrito sobre la película, diálogo en el que el hijo de Ray pegunta sobre si los atacantes son terroristas y si éstos proceden de Europa. La primera vez que ví la escena me llamó la atención que el monovolumen llevaba las ventanillas del maletero bajadas pero, concentrado en la conversación que mantenían los personajes, no pude apreciar con detalle el movimiento de la cámara. La segunda vez, no entré al trapo del diálogo y me concentré en el monovolumen y en la cámara, de modo que pude comprobar que desde que el vehículo entra en la autopista hasta que, minutos después, la cámara abandona el seguimiento ascendiendo como si fuese un espíritu, toda la secuencia es un único plano, sin cortes. Una escena en la que la cámara desciende desde el cielo por lado izquierdo, rodea el vehículo, entra por la ventanilla trasera derecha, pasa por el interior, sale por la ventanilla trasera izquierda (por eso deben estar bajadas las ventanillas, para permitir la circulación de cámara, a modo de mosca cojonera), sortea vehículos detenidos, evita ser atropellada por el propio monovolumen y se eleva majestuosamente dejando a los atribulados personajes en manos de los guionistas.
     

    Sencillamente, espectacular.

  • Lo cotidiano como golpe de terror. Aunque sea en éxodo, cuando baja la barrera del paso a nivel todo el mundo se detiene. Sin embargo, incluso lo cotidiano y previsible puede ser fuelle que reavive el fuego del terror.
     

Con precisión relojera y con espectacularidad contenida, Spielberg nos muestra el paranoico camino del cambio, plagado de demonios y polvo, que lleva a un ciudadano normal y corriente desde los patios traseros de Bayonne (New Jersey), vía Athens (NY, pues GA cae demasiado lejos), hasta Boston (MA). Sin sotanas, sin discursos y sin galones, un hombre de la calle, más preocupado de salvar su culo que de tener un plan, aprende a dar la cara porque, sencillamente, tiene un juramento de sangre que defender.

Un saludo desde el teclado, en algún lugar del espíritu del hombre,

 

El espíritu del hombre (Fragmento de 'Versión musical de la guerra de los mundos' (1978), de Jeff Wayne)
 

Párroco: Escucha. ¿Los oyes acercarse en su busca de pecadores?. Alimentándose del poder de nuestro temor y del mal que hay dentro de nosotros. La encarnación de todo lo que nos aterra creado por Satanás. Cuando lleguen los demonios, aquéllos que estén vivos estarían mejor muertos.

Beth: Debe haber algo por lo cual valga la pena vivir. Debe haber algo por lo cual valga la pena luchar. Hasta algunas cosas por las cuales valga la pena morir. Y si un hombre puede mantenerse firme debe haber esperanza para todos en algún lugar, en algún lugar del espíritu del hombre.

 

Cronología de la Guerra de los Mundos

1898 Novela
Puedes descargar la novela visitando el blog de Alberto Galet, pulsa aquí.

 

1938 Radio
Noticias de prensa sobre el programa de radio, pulsa aquí.
 

Tambien puedes oír el programa de radio, visitando el blog de Alberto Galet; pulsa aquí.

 

1953 Cine
Ficha IMDB.
 

 

1978 Música
Web con el texto (en inglés) de la versión musical.
 

Web con el texto (en inglés) de la versión musical.

Web sobre la obra musical de la Guerra de los mundos.

Teclados, guitarras y voces para una novela, con versión en español como si de una película se tratase y como si una dramatización radiofónica hubiese sido.
 

El Periodista: Richard Burton Teófilo Martínez
El Artillero: David Essex Luis Varela
Beth: Julie Covington Marisa Marco
El Párroco: Philip Lynott Daniel Dicenta
Epílogo: ???? Honorio Herrero y Eduardo Jover

En el apartado musical, a Jeff Wayne le acompañan, entre otros: Julie Covington, David Essex, Justin Hayward, Philip Lynott, Jo Partridge y Chris Thompson.

El disco contenía unas fantásticas ilustraciones:

  • 'Parque Horsell', de Peter Goodfellow.
  • 'Pánico en las calles', de Geoff Taylor. (Pulsa aquí)
  • 'Hijo del trueno', de Michael Trim, y portada del disco. (Pulsa aquí)
  • 'La maleza roja', de Geoff Taylor. (Pulsa aquí)
  • 'El párroco Nathaniel', de Peter Goodfellow.
  • 'Un mundo nuevo y desafiante', de Geoff Taylor. (Pulsa aquí)
  • 'Los pájaros', de Geoff Taylor. (Pulsa aquí)

La galería de imágenes puede verse en el apartado 'Gallery' de la web oficial. Pulsa aquí.

 

1979 Cine (la caza del ingenuo)
A raíz del éxito del disco, se repuso la película de 1953 con el cartel remodelado y calcado de la portada del disco.
 

Todo por la pasta.

 

2005 Cine (en ello estamos)
Ficha IMDB.
 

 

2005 Música (el rayo de la confusión)
A raíz del estreno de la película de Steven Spielberg se ha reeditado en CD la versión musical de Jeff Wayne, incluyendo la versión española. Una buena oportunidad de oír una adaptación ajustada al original y de retroceder en el recuerdo hasta aquellos tiempos de los seriales radiofónicos.
 

Además, la reedición permitirá verificar la profesionalidad de las tiendas de música:

  1. En unos grandes almacenes de Andorra he visto el CD de Jeff Wayne junto a la banda sonora de la película de Spielberg.
     
  2. En internet, he consultado la página de una tienda física que tiene un Club de Ocio y Cultura y me he encontrado con la descripción siguiente:
     

    B.S.O. La Guerra de los Mundos (1953 - Versión española) -Jeff Wayne
    "Por primera vez en CD, la adaptación de esta Banda Sonora obra de Jeff Wayne, con los textos en español en la voz de Teófilo Martínez"
    .

    Por mi parte, matizo que no es una B.S.O. y ni mucho menos de la película de 1953; si bien es cierto que es la primera vez en CD de la versión española.

Nuevamente el rayo de la confusión se dispone a barrer los bolsillos de los ingenuos. Así las cosas, con acercarnos a nuestra tienda favorita de discos descubriremos lo informados que están sobre lo que venden o cómo nos informan de lo que tienen en sus estanterías.

lunes, junio 20, 2005

Primer

Hola, aloh.
 

Hace unos días he completado un rompecabezas musical consistente en identificar el título y el artista de cien breves, brevísimos (1 segundo), fragmentos musicales. Me lo habían enviado por correo electrónico y empecé como diversión, por aquello de ejercitar la memoria musical y evaluar el porcentaje de conocimiento y reconocimiento musicales que era capaz de alcanzar. Al final, tras varios intentos que me situaron cerca del 40%, un día que el horario me lo permitía, acabé dedicándome de lleno a su resolución utilizando para ello la moderna herramienta del navegador de internet. Es curioso lo delgada que es la línea que separa el juego de la cuestión personal.

Puede que algo parecido, salvando las distancias tanto geográficas como conceptuales, le ocurriera a Shane Carruth, matemático e ingeniero americano que con 32 años, y en vista de lo que por sus lares acostumbra a pasarles a los ingenieros cuarentones, ha optado por adentrarse en el cine profesional. Autodidacta de la técnica cinematográfica y de la escritura de guión, puede que empezara como entretenimiento pero ha terminado implicado en el proyecto hasta la médula: protagonista, productor, guionista, director, fotografía, música y montaje. Tanta presencia y participación no es por ego sino por simple cuestión de números: el presupuesto de 'Primer' ha rondado los 7000 $USA (unos 6000 euros).

Habiendo leído lo anterior, no dudé en dirigirme a la sala en versión original más próxima en tiempo, aunque no necesariamente en espacio (si bien me place recorrer los pasillos que pisé el día que a los voluntarios olímpicos nos permitieron comer en el comedor de los atletas). La curiosidad por ver una película de ciencia-ficción, realizada con el presupuesto de un coche de segunda mano, se convirtió en impaciencia de modo que zanjé la situación asistiendo a la primera sesión del día del espectador. Por mi parte estaba dispuesto a entrar en la línea presupuestaria del director; no obstante, me tomé un café antes de adentrarme en la sala dado que no quería correr riesgos, somnolencia sobre todo.

Ejercicio 1
La NASA gastó millones en investigación hasta conseguir un bolígrafo capaz de escribir en gravedad cero. La utilidad del invento en la tierra era que permitía escribir sin necesidad de mantener la punta hacia abajo; ya no era necesario apoyar el papel en una mesa, servía cualquier superficie: una pared, un techo...

Poco tiempo después, los rusos resolvieron la cuestión de la escritura en gravedad cero sin recurrir al espionaje industrial y con un coste de investigación cero.

¿Qué usaron los rusos para escribir en el espacio?

Pista: Es un dispositivo ya existente desde antes de la invención del bolígrafo convencional.

Ejercicio 2
¿Qué es peor:
pensar que te estás volviendo paranóico
o
estar convencido de que deberías haberlo sido?.
 
Ejercicio 3
¿Qué información aporta el siguiente diálogo?
Aaron (a Abe): ¿Tienes hambre?. No he comido nada desde mañana por la tarde.
 
Ejercicio 4
¿Qué le ocurre a un ingeniero de cuarenta años?.
(El señor de la barba lo sabe porque lo ha vivido).
 
Ejercicio 5
¿De qué sirven unos subtítulos blancos cuando el fondo de la escena es claro, intensamente claro?.
 
Ejercicio 6
Supongamos que has descubierto la manera de retroceder en el tiempo. ¿Qué provecho sacarías de ello?:
  1. Económico. Te dedicarías a jugar a la bolsa, las apuestas o la lotería.
     
  2. Personal. Evitarías desenlaces dramáticos.
     
  3. Ambos. Las dos facetas anteriores son complementarias.
     
  4. Ninguno de los anteriores. No se pueden alterar los acontecimientos acontecidos.
Ejercicio 7
Supongamos que puedes retroceder en el tiempo.
¿Podrías encontrarte contigo mismo?.
¿Sería conveniente?.
 
Ejercicio 8
Supongamos que puedes retroceder en el tiempo.
Una vez en el pasado, ¿tu doble podría utilizar el mecanismo para retroceder nuevamente en el tiempo?.
¿Sería conveniente?
¿Deberías hacer algo al respecto?
 
Ejercicio 9
Supongamos que puedes retroceder en el tiempo.
¿A quién se lo dirías?.
¿Porqué?.
 
Ejercicio 10
La investigación y la experimentación:
  1. Se han de hacer con medios, para no correr riesgos, y con personal profesional, para evitar las rencillas y las desconfianzas personales.
     
  2. No es cuestión de medios, es cuestión de creer en lo que se hace, trabajar con personas afines y en las que puedas confiar porque se comportan como tú lo harías.
Ejercicio 11
De los dos protagonistas,
¿cual de ellos, además, es el guionista, director, productor, fotógrafo, montador y músico?.
 

 

Según parece, no es necesario gastar millones en investigación para desarrollar un bolígrafo capaz de escribir en gravedad cero cuando existe el lápiz convencional, de mina de grafito, que permite la escritura en cualquier posición. Por la misma regla, no es preciso gastar millones a la hora de realizar una película de ciencia-ficción, compleja pero sobria, profunda pero imaginativa, casera pero atractiva. Cuando se trata de ciencia-ficción no es necesario recurrir a los efectos especiales, la imaginación suple perfectamente los efectos. No es necesario un cohete ni salir al espacio para que la imaginación vuele. Si la lectura de un libro puede sacarnos del sofá y transportarnos al mundo ideado por el autor, ¿porqué no puede ocurrir lo mismo en una butaca de cine?. Tan sólo es cuestión de presentar las situaciones de una manera natural y cercana: un garaje (¿quién no tiene un trastero?), unos elementos cotidianos (el catalizador del coche, el gas de la nevera, unas baterías de coche, una cámara de video) y unos personajes identificables (Aaron y Abe con sus corbatas negras y sus camisas blancas buscando un golpe de suerte, un toque de ciencia, una patente millonaria) y sujetos por las tensiones de la física, la ética, el miedo y la ambición.

Al poco de iniciada la proyección, mi atención se centró en la pantalla y no se apartó de ella hasta que salieron las letras de los créditos de final. Supongo que parpadeé porque es un acto reflejo, no consciente, ya que los sentidos estaban pendientes del divertido juego que propone la película al ir ofreciendo unas situaciones que, con los diálogos y las imágenes, se han de ir encarando como si fueran piezas de un cubo de Rubick. No tengo ningún reparo en admitir que la trama de la historia me resultó incomprensible en su totalidad; puede que sea debido a mi falta de conocimiento físico-cuántico, puede que sea debido a la intrincada trama de la historia en la que los protagonistas y sus dobles se van alternando de manera que llega un momento en que no se sabe bien qué es lo que está ocurriendo o puede que sea porque está hecho adrede para que te sientas perdido, como si estuvieras en un laberinto de pasillos sin encontrar la salida. Pero, eso sí, es una propuesta fascinante y adictiva, original y desconcertante.

Sam Carruth asegura que para entender su película hay que verla dos veces. Por mi parte, le acepto el envite. Estoy ahora redactando la crónica porque quiero que verse sobre la primera impresión de 'Primer' pero estoy planificando un segundo visionado para la próxima semana (dejaré un plazo de tiempo razonable pero no excesivo, es el impulso adictivo), de nuevo en día del espectador (hay que aprovechar las ventajas que ofrecen los exhibidores) pero, eso sí, esta vez no pienso ir a verla en versión original. Tal como está subtitulada equivale a circular con el aire acondicionado puesto y todas las ventanillas bajadas, un despilfarro, un sin sentido. En 'Primer' los diálogos son importantes, no por los tecnicismos y las explicaciones teóricas sino porque incluyen pistas para identificar los acontecimientos que estamos viendo y que deberemos ordenar en la cronología de lo que se nos cuenta. La frase "No he comido nada desde mañana por la tarde" nos informa de que estamos ante los dobles de Aaron y Abe que han viajado atrás en el tiempo. Si no podemos leer el texto del subtítulo porque éste, letra blanca con un decorativo reborde negro moteado, es totalmente ilegible debido a que no contrasta con el fondo de la escena que estamos viendo da como resultado que hemos perdido la referencia de tiempo que se nos ofrece y en lugar de participar en el juego acabamos perdidos, cual pato en un garaje. Y lo de los subtítulos no pasa sólo una vez, es casi endémico con lo que no me extrañé cuando un señor abandonó la sala a media película. No es necesario pagar la entrada de un cine para que te recalquen reiteradamente durante 75 minutos que eres un inculto idiomático incapaz de seguir un diálogo en inglés.

Un saludo desde el teclado.

viernes, junio 17, 2005

Madagascar

Hola, aloh.
 

Viernes de estreno simultáneo con una película de animación, pasajera selecta del expreso digital. Tarde de junio con luz de día aún a la hora del encuentro con mi taquillera favorita, algún que otro petardo lanzado en las cercanías del local por quienes se están preparando para la verbena de San Juan. No está mal. Mi taquillera favorita estaba animada.

Bueno, parcialmente animada. La contrapartida del estreno, la otra cara de la moneda, es que la película está programada para seis días y mi taquillera favorita, junto con el resto de personal, deberá comparecer durante los tres primeros días de la semana para satisfacer la imposición de la distribuidora por haber participado en el circuito de estreno de la que considera una película objetivo para estas fechas en las que el colegio ha empezado la cuenta atrás hacia las vacaciones de verano: "Madagascar", película de la productora Dreamworks Animation SKG y dirigida por Eric Darnell y Tom Mcgrath.

Dreamworks Animation SKG gusta de disfrazar a los protagonistas de sus historias de animales para así conseguir una fábula moderna, por el contenido de la historia y por la técnica de animación, que busca mantener a los pequeños pegados a la butaca y despertar las inquietudes de los mayores mientras busca mantener la sonrisa en boca de todos.

'Madagascar' se erige como una exaltación de los valores de la amistad por encima de los instintos naturales (en el artificial hábitat del zoo, Alex el león y Marty la cebra son íntimos amigos cuando lo instintivo es que fuesen enemigos naturales) aderezada con una reflexiva pizca de pimienta sobre los falsos pensamientos inducidos que nos impiden ver lo que tenemos y que nos llevan por el camino de la insatisfacción hacia la consecución de teóricos ideales (impagable la escena en la que los pingüinos descubren la realidad de la Antártida después de todo lo que han peleado por llegar hasta allí).

Como era de esperar, la animación es magistral. El estilo de los dibujos, le llamo 'estilo bistec', genera unos personajes simpáticos, agradables y muy expresivos. Según he leído en la prensa, la película ha conseguido destronar del primer puesto en las taquillas estadounidenses al último episodio de 'Star Wars'. Con todos estos ingredientes no es de extrañar que la distribuidora haya querido adornarla con el aura de gran estreno.

Sin embargo y aún reconociendo las virtudes antes expuestas, salvo la cuestión recaudatoria que es más una cuestión estadística que meritoria, 'Madagascar' adolece de una débil cohesión en su trama principal. Las peripecias de los cuatro protagonistas quedan eclipsadas por las actuaciones de los cuatro pingüinos que saben sacar partido de sus breves apariciones para elevar la valoración subjetiva de la película, satisfacción que se va diluyendo conforme los protagonistas vuelven a tomar las riendas de la historia.

Así resulta una película de contrastes, de pros y contras. A favor, la fábula de la historia, la trama de los pingüinos y la animosa velada musical de los lémures al grito de 'Yo quiero, marcha, marcha. Yo quiero... ¡MARCHA!'. En contra, el desangelado desarrollo de la trama de los cuatro amigos protagonistas, el recurso fácil de utilizar músicas conocidas para acompañar el momento que están viviendo los personajes ("Carros de fuego" cuando corren por la arena de la playa, "Stayin' alive" cuando Marty camina por la acera, entre otros conocidos aderezos musicales que desvirtúan la idea original de la historia al recurrir a referencias externas para que sirvan de sostenedora muletilla de la atención del público adulto) y la dolorosa convicción de que la película se aguanta más por los secundarios que por los protagonistas.

Un saludo desde el teclado, (Yo quiero... ¡MARCHA!).

jueves, junio 02, 2005

Sólo un beso

Hola, aloh.
 

Taquilla con piloto autom��tico. As�� volaba mi cine preferido esta noche doblemente especial, primero por ser jueves y segundo por tratarse de un pase organizado por la Asociaci��n de Amigos de la UNESCO.

El p��blico acced��a directamente a la sala sin pasar por taquilla. En el control de acceso se encontraba mi taquillera favorita, sujetando la puerta de entrada a la platea y recibiendo con una sonrisa y unas palabras de bienvenida a todo el que hab��a optado por asistir al acto.

La UNESCO (Organizaci��n de las Naciones Unidas para la Educaci��n, la Ciencia y la Cultura) es un instituci��n especializada, dependiente de la ONU, creada en 14 de diciembre de 1946, y dedicada a fomentar las relaciones culturales y cient��ficas entre todos los pa��ses, suprimiendo las barreras para la difusi��n de la cultura y asesorar t��cnicamente en materia de ense��anza.

Como si hubiese sido hecha especialmente para el acontecimiento, la pel��cula que se proyectaba era 'S��lo un beso', del siempre comprometido Ken Loach.

Ken Loach se caracteriza por utilizar su cine como instrumento para la denuncia pol��tica o social de lo que considera injusto o abusivo. Es un cine reivindicativo y de oposici��n construido con ideas que marcan la pauta de un gui��n combativo, para el que siempre cuenta con su amigo Paul Laverty.

El prop��sito de 'S��lo un beso' es incidir sobre la m��xima de "hay que superar la barreras culturales y religiosas en las relaciones personales". La pel��cula se dedica a poner el az��car suficiente para digerir este principio, f��cil de enunciar pero amargo de asimilar cuando lo has de tomar.

El director sabe lo que busca y mueve los hilos argumentales y la c��mara para ganarse al espectador y convencerle de que religi��n y cultura ���musulmana o cat��lica��� suponen con frecuencia un factor de intolerancia que lleva al enfrentamiento o a la separaci��n de las personas. Sobre este palo de fuerte madera ideol��gica vierte el azucarado caramelo de una historia rom��ntica de dos j��venes que se sienten amordazados por los imperativos de lo que su educaci��n considera correcto. Sin embargo, m��s all�� de s��lo un beso tambi��n nos ofrece unos encuentros sexuales que acaban decantando el sentimiento hacia el lado del deseo; un modo sencillo de mantener la atenci��n del espectador sin tener que complicar la trama que viven los personajes trazados por un gui��n que se presenta como lineal, simple, trillado y previsible.

Sin embargo, los actores est��n en estado de gracia y consiguen meterse al espectador en el bolsillo. Por su lado, el director usa h��bilmente los recursos y sabe ponerlos al servicio de la causa resultando una pel��cula combativa, oculta bajo el antifaz de una telenovela, y que llega al espectador ofreci��ndole una historia de amor y pasi��n, de lucha y rebeld��a pac��ficas frente a una sociedad que impone sus reglas mediante t��cticas y t��cnicas de terrorismo psicol��gico.

Acabada la proyecci��n me encontr�� con un personaje habitual en este tipo de acontecimientos cinematrogr��ficos reivindicativos. Nos conocemos por ser amigos de los propietarios del local y haber coincidido en otras ocasiones, sobre todo cuando estoy apostado en la taquilla. Yo le llamo "el c��nico", no porque, al menos que yo sepa, sea disc��pulo de la escuela c��nica sino como atajo de "el cinematogr��fico" dado que est�� siempre versado en el entorno del cine, tanto en la faceta art��stica como en la t��cnica. Casi sin tener que preguntarle me coment�� que hab��a encontrado un paralelismo entre 'S��lo un beso' y 'El reino de los cielos' por cuanto de intolerancia se esconde tras las m��scaras de religi��n y cultura cuando soplan los vientos de los intereses particulares y del reconocimiento social. Conoci��ndolo, y sabedor de que no es fumador de tan siquiera lo legal, lo escuch�� con atenci��n pues lo que dec��a era m��s fruto de un razonamiento deductivo cerebral que de un desvar��o inducido por agentes delirantes. Como siempre, un personaje curioso este "c��nico".

Un saludo desde el teclado.