miércoles, diciembre 29, 2004

El lobo

Hola, aloh.
 

En una pel��cula rom��ntica, el tri��ngulo amoroso que acostumbra a sustentar la historia parte de la base que uno de los tres integrantes falsea sus sentimientos para retener a los otros dos v��rtices. El enga��o es la base del tri��ngulo.

En una pel��cula de esp��as, la figura del topo establece un tri��ngulo, no precisamente amoroso, que delimita el terreno de juego en donde interaccionar��n los dos v��rtices m��s polarizados de la figura as�� creada. Aqu��, m��s todav��a, el enga��o es la base del tri��ngulo.

Las historias de esp��as est��n siempre unidas al clima pol��tico del per��odo temporal en el que acontece la acci��n y, ya se sabe, est��n marcadas por la tendencia del productor y coloreadas por la simpat��a o afinidad del director.

Si bien el g��nero de esp��as es habitual en el cine americano y hay una noble tradici��n de cine pol��tico en el europeo, el cine espa��ol es comedido a la hora de presentar en pantalla conflictos pasados o presentes.

"El Lobo", de Miguel Curtois, rompe una lanza a favor del g��nero de esp��as y presenta la historia de un topo de los servicios secretos, en nombre clave 'Lobo', que se infiltra en un grupo activista. Una vez infiltrado, el topo, lobo con piel acorde al reba��o en el que se ha inmiscuido, acaba siendo v��ctima del juego de intereses del propio bando que lo ha forzado a infiltrarse y se las tiene que ingeniar para mantenerse a flote en medio de la violenta turbulencia que se desata a su alrededor.

Hasta aqu�� podr��a ser como cualquier otra pel��cula de espionaje, con sus dosificados momentos de tensi��n y su imbrincada trama. Sin embargo, la historia de 'El Lobo' tiene nombre y apellidos porque est�� basada en unos hechos reales acaecidos a principios de los a��os 70 cuando Mikel Lejarza (Eduardo Noriega), alias 'Lobo', agente de los servicios secretos espa��oles consigui�� infiltrarse en ETA, entre 1973 y 1975, propiciando la detenci��n de unos ciento cincuenta activistas y colaboradores junto con los miembros m��s destacados de sus comandos especiales as�� como la c��pula dirigente del momento.

La historia de 'Lobo' es la de un hombre utilizado por los servicios secretos de la dictadura que primeramente lo presionaron para que se infiltrara y luego, cuando las circunstancias y el meritaje lo requirieron, no dudaron en intentar eliminarle en mitad de la operaci��n si bien 'Lobo' tuvo el coraje de salvarse por sus propios medios continuando con su misi��n para acabar siendo v��ctima de un enga��o encaminado a ocultarle la muerte, en un desquiciado interrogatorio de los propios servicios secretos, de quien fuera su valedor.

A pesar de la fuerza de la historia y de un reparto protagonista eficaz, --un Eduardo Noriega capaz de engatusar a todo el que se le acerca, un Jos�� Coronado erigido en convincente representante de los portadores de bigotillo estilo "desfile de hormigas" tan caracter��stico de la ��poca y, sobre todo, un secundario Santiago Ramos que se zampa a quien se pone a su lado--, la pel��cula ofrece un resultado gris m��s all�� del color gris��ceo de los uniformes y veh��culos policiales. Quiz�� porque el conflicto vasco es un cuadro de sombras y grises, blanco y negro difuminados por el tiempo y las acciones de unos y otros, que no ha dejado de incorporar elementos a la mezcla sustractiva de color.

Un saludo desde el teclado.

martes, diciembre 28, 2004

La pasión de Cristo

Hola, aloh
 

"��Ves, madre?, yo hago nuevas todas las cosas."
 
Esta frase, que Jes��s dice a Mar��a cuando ella consigue llegar hasta ��l, ca��do mientras lleva la cruz por las empinadas calles que conducen al G��lgota, enhebra un momento del pasado, en el que Jes��s muestra a Mar��a la mesa alta que acaba de preparar para un rico, con la hiriente aguja del presente que est��n viviendo dado el ignominioso castigo que les est��n inflingiendo; esta frase, reitero, es el parterre desde el que nacen las ramificaciones espirituales, hist��ricas y art��sticas de "La Pasi��n de Cristo", de Mel Gibson.
 

La pel��cula resume en 126 minutos las doce horas transcurridas entre la detenci��n de Jes��s de Nazaret en el Huerto de Getseman�� y su muerte en el monte G��lgota, con un breve y on��rico ep��logo sobre su resurrecci��n. Mel Gibson ha optado por ofrecer al pasivo espectador, c��modamente sentado ante la pantalla, una inmersi��n sensorial en unos hechos que son conocidos por todos, creyentes y no creyentes, apelando a los sentidos de la vista y del o��do de una manera tan impactante que hasta el sentido del gusto se ve afectado como consecuencia de la angustia inducida. Una visi��n muy particular para unos hechos sabidos y mil interpretados que da como resultado una pel��cula sobrecogedora.

"M��s yo os digo, amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persigan. Porque si am��is s��lo a los que os aman ��Qu�� recompensa tendr��is?"
(Jes��s predicando en el monte donde ser�� crucificado).
 

La visi��n de Mel Gibson elude el apartado espiritual de los hechos. Plantea las situaciones y deja al espectador la interpretaci��n religiosa del pasaje de acuerdo con sus creencias y sus conocimientos. Por otro lado, los hechos tal como aparecen hablan por s�� solos sin necesidad de complementarlos con mensaje alguno.

"��Quieres saber mi definici��n de problema, Claudia?. Esta perdida provincia, esta sucia chusma de ah�� fuera."
(Pilatos a su esposa, Claudia, cuando comentan las repercusiones de la detenci��n de Jes��s).
 

La visi��n hist��rica, social y pol��tica de los hechos es el motor de la pel��cula. Una provincia sometida al imperio romano, con un consejo Senedr��n sumido en luchas intestinas de poder maquilladas con un manejo sibilino de las escrituras, un rey Herodes a todas luces m��s preocupado por satisfacer su cuerpo que el de sus s��bditos y un gobernador romano atrapado entre la espada del C��sar y la pared de la remota provincia que le ha tocado mantener adherida al imperio.

En este magma pol��tico aparece la figura de Jes��s que se vale de las circunstancias para completar lo que ha venido a hacer, aunque sea un c��liz amargo de beber. Mel Gibson se encarga de que el espectador beba sensualmente la hiel contenida en el c��liz de los intereses pol��ticos, contraponiendo unos personajes femeninos que son faros de cordura en un infernal temporal de locura.

"��Siempre castig��is a vuestros prisioneros antes de juzgarlos?"
(Pilatos a quienes le traen a Jes��s para que sea ejecutado).
 

La recreaci��n hist��rica del momento en que acontece la acci��n raya el perfeccionismo. Lugares, ropajes, utensilios e incluso los idiomas del momento (la pel��cula est�� hablada en arameo y lat��n) son reproducidos fielmente en busca de la inmersi��n ambiental en los hechos.

La escena de la flagelaci��n es uno de los momentos m��s impactantes de la pel��cula (un amigo la ha llegado a calificar de "apoteosis del 'gore'"). Empieza como un castigo que Pilatos ofrece para satisfacer el ansia de sangre del Senedr��n y evitar as�� la ejecuci��n que ��ste le solicita. La orden inicial de 's��lo castigo' se diluye conforme se va transmitiendo por la cadena de mando romana para acabar en una org��a de sangre cuando los verdugos se toman como cuesti��n personal que Jes��s se ponga en pie tras una profesional tanda de 30 azotes con varas, "olvidando" todos los implicados la orden especificada y pasando a aplicar el castigo "estandar". Una flagelaci��n que era un castigo se acaba convirtiendo en la antesala de una crucifixi��n.

(La crucifixi��n probablemente comenz�� entre los persas. Alejandro Magno fue quien la introdujo en Egipto y Cartago, siendo los cartagineses quienes la transmitieron a Roma, donde este cruel castigo fue perfeccionado para producir una muerte lenta con el mayor sufrimiento y dolor. La legislaci��n romana prohib��a expl��citamente que los ciudadanos romanos pudieran recibir esta pena. La agon��a del crucificado duraba desde tres o cuatro horas hasta algunos d��as y se relacionaba de forma inversa a la dureza de la flagelaci��n. No obstante, los soldados pod��an acelerar la muerte rompi��ndole al crucificado las piernas. La flagelaci��n previa a la crucifixi��n serv��a para debilitar al reo y, si la p��rdida de sangre hab��a sido cuantiosa, era de esperar que se produjera una insuficiente presi��n sangu��nea e incluso un colapso debido al bajo volumen de sangre.)

"Recordad que soy un hombre inocente, obligado a llevar la cruz de un condenado."
(Paseante que es obligado a llevar la cruz).
 

Es inevitable que la recreaci��n expl��cita de unos hechos brutales, habituales en su ��poca, suponga un impacto para el espectador de nuestro tiempo. La visi��n art��stica cierra el tri��ngulo estructural de la pel��cula actuando a modo del excipiente que facilita la asimilaci��n del medicamento.

La fotograf��a y los encuadres beben de los trabajos de Caravaggio, Puntarmo, Michelangelo y Leonardo, entre otros, para completar las escenas como estilizados cuadros.

La iluminaci��n completa la ambientaci��n; por ejemplo, el azul para Getseman��, la p��lida luz del espacio asfixiante de la corte del Sumo Sacerdote, el naranja ocre en la ��ltima cena, la n��tida luz del d��a en el V��a Crucis que presenta un suelo blanco deslumbrante, s��mbolo de pureza, que contrasta con los colores oscuros de los ropajes, calzados y dem��s s��rdidos elementos que tienen contacto con el suelo.

La c��mara lenta, estilo Sam Peckinpah, enfatiza ciertas acciones como signo de violencia contenida precursora de la violencia desatada que seguir�� a continuaci��n.

Los efectos de sonido, pisadas, roce de prendas, ruido de objetos, crujir de la madera, realzan los silencios de modo que el espectador no obtenga respiro y llegue a bajar la tensi��n.

El uso del 'flash-back', mirada retrospectiva o recuerdo intercalado, complementa la acci��n presente o ayuda a liberar parte de la tensi��n acumulada.

El paralelismo contrapuesto entre una situaci��n presente y una equivalente del pasado realza el dramatismo de la acci��n que se est�� desarrollando.

Otro elemento interesante es la representaci��n del demonio, tentador al comienzo y reprochador en el desenlace, caracterizado como un ser andr��gino o hermafrodita, con unos rasgos femeninos finos y delicados, pero sin cejas, sin pelo en la cabeza y, sobre todo, sin parpadear, aludiendo al dicho popular de que "el demonio nunca duerme". Las tomas del demonio fueron realizadas en c��mara lenta, para lograr este efecto de 'sin parpadeo'.

A destacar, la escena en que desde una toma cenital del monte calvario se aprecia la formaci��n y desprendimiento de una l��grima que a modo de gota de lluvia se precipita hacia el suelo provocando un terremoto al impactar contra la blanca arena del suelo.

"Si t�� no quieres escuchar la verdad, nadie te la puede decir."
(Claudia a Pilatos cuando ��ste se cuestiona qu�� es la verdad).
 

Una pel��cula sobrecogedora, por los hechos que presenta, por c��mo los presenta y, sobre todo, porque, a pesar del tiempo transcurrido, las situaciones, con variantes y eufemismos, se siguen produciendo en nuestros d��as.

Un saludo desde el teclado.

martes, diciembre 21, 2004

Sky Captain y el mundo del mañana

Hola, aloh.
 

Sentados en el muelle, en el borde de la bahía, con los pies colgando sobre la superficie del agua, mirando hacia la inmensidad del mar que se extiende ante nosotros enlazándose con el estrellado cielo del horizonte, es un buen momento para cerrar los ojos e imaginar que alguno de nuestros sueños se hace realidad.

Puede que, hace unos diez años, así se encontrara Kerry Conran. En su caso, cuando abrió los ojos empezó a dar forma a lo que había imaginado. Conran montó en su garaje todo lo necesario para realizar un cortometraje de ciencia ficción titulado "The World of Tomorrow (El mundo del mañana)". El corto, de unos seis minutos de duración, se convirtió en la tarjeta de presentación, en el núcleo estético y en la base de contenidos de los 106 minutos de la recientemente estrenada "Sky Captain y el Mundo del Mañana", escrita y dirigida, ¡cómo no!, por Kerry Conran. Previamente a su estreno comercial, 'Sky Captain...' fue la encargada de abrir el festival internacional de cine Sitges-04.

El rodaje con actores, ante una gran pantalla azul como único decorado, duró unos 20 días. La postproducción, el ensamblaje de los efectos digitales sobre el fondo azulado, duró casi un año. Esta proporción de tiempo se mantiene en el resultado final en donde gana por goleada el aspecto visual y técnico sobre la historia y los actores. Una técnica digital de ensueño y una fotografía fantástica de Eric Adkins, casi en sepia, son los puntales sobre los que se erige una imaginativa película estéticamente cuidada al mínimo detalle, con un poso de serial cinematográfico de los años treinta y en el más puro estilo del cómic de aventuras.

El paradigma de "Sky Captain y el mundo del mañana" es la tuerta capitana Franky Cook, por cierto una Angelina Jolie que en su breve aparición en pantalla se come con patatas a la mustia pareja protagonista. Tener dos ojos nos permite evaluar la profundidad de campo que nos confiere precisión en nuestra interacción con el entorno físico. Como ejemplo fehaciente de lo anterior basta intentar enhebrar una aguja con uno de los ojos tapados. Franky, a pesar de tener un sólo ojo, es capaz de pilotar un avión sumergible y de realizar una arriesgada proeza de precisión casi milimétrica con el handicap visual añadido de que la acción acontece en el fondo del mar. Con un sólo ojo se pierde la profundidad de campo pero eso no impide que un cerebro entrenado pueda actuar con precisión y efectividad. Conran, con el ojo técnico y estético ha compensado la deficiencia del ojo narrativo (historia) y artístico (actores) consiguiendo una arriesgada proeza de precisión casi milimétrica, quizá no emotiva pero indudablemente efectiva.

Sentados en el borde de la bahía, con los pies colgando sobre la calmada superficie del mar, cuando el chapoteo del agua contra el muelle incrementa su cadencia es el aviso de que se acerca una gran ola. Sentados en la butaca del cine, con los pies estirados para estar lo más cómodos posible, los avances de las próximas películas son un aviso de lo que se nos viene encima si nos quedamos allí sentados. En su día, George Lucas lanzó contra la tranquila superficie de la pantalla de cine el meteorito de su "Star Wars". Los anillos concéntricos generados por aquel impacto se han ido extendiendo y conformando hasta llegar a nuestros días. Una película como "Sky Captain" es el chapoteo indicativo de que el mundo del mañana digital ha amerizado en el océano de la producción cinematográfica, así que si nos encontramos soñando despiertos con los pies colgando sobre la superficie del agua mejor que nos vayamos preparando para la gran ola que se nos viene encima.

Un saludo desde el teclado.

viernes, diciembre 17, 2004

Los increíbles

Hola, aloh.
 

Disney presenta una película de Pixar, "Los Increíbles", escrita y dirigida por Brad Bird.

Ofreciendo una historia de personajes humanos, los estudios Pixar han desembarcado en las pantallas dando una vuelta de tuerca más en el emergente mundo de la animación. Como viene siendo norma de la casa, la animación, la caracterización de los personajes y, sobre todo, la historia que sustenta la película, son, reiterando el propio título, increíbles. Se recomienda ser puntuales dado que la producción se abre con un avance de "Coches", la próxima película del estudio (¡Carrera!, circularía sobre cristales rotos sólo para ver esta película), un corto titulado "Saltando" que hace honor al espíritu fundacional de Pixar y se completa con 116 minutos increíbles, geniales, en los que se tira con bala sobre el concepto de cine familiar y, en el mejor de los sentidos, se da sopa con ondas a los géneros de agentes secretos, héroes y super-héroes; tanto en las escenas sosegadas (por ejemplo, la escena en que Elastic Girl va quedando atrapada en las puertas compuerta del complejo) como en las escenas espectaculares (por ejemplo, cuando el pequeño Dash se interna corriendo en el bosque y es perseguido por los guardias montados en unos discos volantes) en las que se repasa lo mejor del cine de acción y aventuras sin perder de vista la problemática de la cotidianidad familiar (por ejemplo, cuando Elastic Girl y sus dos hijos se encuentran en medio del océano y para mantener a raya el creciente histerismo de sus retoños les incrimina a que se callen sino quieren quedarse unos días sin natillas para cenar -¡Y consigue que se callen y le presten atención! ¡Estos son superpoderes!- ).

Edna 'E' Mode, la diseñadora de trajes para super-héroes, (por cierto, en la versión original la voz de este personaje es la del propio director, Brad Bird, lo que refuerza aún más el planteamiento que sigue) explica a Mr. Increíble que el traje de un super-héroe NO DEBE LLEVAR CAPA. La capa es un distintivo visual que pone en riesgo la integridad física del héroe. En los tiempos que corren, una concesión a la galería tal como una capa puede acabar con la vida del portador del traje si la capa es absorbida por las palas de una turbina o queda enganchada en las aletas de un cohete. La concepción del remodelado traje de Mr. Increíble es una declaración de principios sobre cómo debe abordarse una aventura de animación y una reflexión sobre la ruptura con los conceptos "de capa" que se habían venido aplicando. Pixar deja bien claro que NO USA CAPA y dispara una bengala hacia Disney que se encuentra enganchada por "la capa" en el reactor de la industria cinematográfica mientras el contador de tiempo del contrato que la relaciona con Pixar, y que está evitando que sea succionada por la turbina, acabará su contaje con "Coches".

Un saludo desde el teclado.

lunes, diciembre 06, 2004

¿Bailamos? (Shall we dance?)

Hola, aloh.
 

Como siempre, me quedé sentado mientras iban desfilando los créditos de final. Me gusta apreciar la cantidad y diversidad de gente que ha participado en la película, oír la música de los créditos y curiosear entre ellos en busca de la confirmación de algún nombre en el reparto o de alguna colaboración en la banda sonora. Cuando la pantalla quedó en su blanco natural abandoné la butaca y bajé al vestíbulo. Allí me encontré a todas las féminas del cine en animado corrillo ante el pasquín anunciador del próximo programa: "Shall we dance? (¿Bailamos?)". El cartel indica que está dirigida por Peter Chelsom y que el triángulo protagonista está formado por Richard Gere, Susan Sarandon y Jennifer López quienes aparecen reproducidos en floreciente ramillete de bustos en la parte superior mientras que bajo ellos, bailando sobre un horizonte de edificios, se recortan las figuras de Gere y López en una pose de baile clásico.

 

Me acerqué con las orejas bien dispuestas a captar los comentarios que se cocían en tan populoso puchero:

"Esta sí que estará bien", sentenció mi taquillera favorita.

"Pues he oído decir que no piensa teñirse las canas", añadió la señora del bar en clara referencia a la nevada cabeza de Richard Gere.

"Que haga lo que quiera, que estará bien hecho.", apuntilló la acomodadora.

Mi presencia no pareció afectar a los comentarios que bullían en animada conversación. No obstante, fui enviado a comprobar si una de las puertas más alejadas estaba cerrada. Como buen jugador de póquer acepté el envite, aún a sabiendas de que era un órdago para alejarme del corrillo. Mientras me acercaba a la lejana puerta cerrada pude oír "Ahhh, ¿os habéis fijado qué culito tan resultón tiene?". Lo de menos es quien hizo el comentario, lo indiscutible es que no se refería precisamente a Jennifer López.

"Shall we dance? (¿Bailamos?)", de Peter Chelsom, es una puesta al día o 'remake' de la película japonesa "Shall we dansu?", escrita y realizada en 1996 por Masayuki Suo.

Todos, y todo, para y por, el baile de salón. Una auténtica terapia personal y de grupo que traspasa la pantalla y se proyecta sobre los espectadores que se acaban planteando si el inscribirse en una academia de baile de salón puede ser una buena alternativa a las sesiones de 'Tai Chi' o a la navegación en internet.

En la sala se apreciaban murmullos que eran como el ronroneo de un tigre satisfecho cuando se le rasca suavemente la nuca. Las escenas de baile de Richard Gere incrementaban el ronroneo general y su aparición, en unas escaleras mecánicas, vestido de baile con una rosa entre los dedos estuvo a punto de provocar desmayos generalizados a juzgar por los suspiros que, sin ser de la banda sonora, se oyeron sobrepuestos al sonido ambiente.

Acabada la película, mi taquillera favorita comentó: "Qué bonita. Ya era hora de ver una película agradable porque últimamente llevábamos una racha...". Y mientras bajaba hacia la taquilla iba comentando escenas con el público que también abandonaba la onírica sala de proyecciones para volver a la fría noche de diciembre que aguardaba al otro lado de las cristaleras del cine.

¿Es todo?
Sí, es todo. El resto depende de uno mismo.

Un saludo desde el teclado.